Como con el cuchillo en la boca

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Y así fueron pasando los días, en medio de una relación secreta entre los únicos imperiales en funciones, los cuales ahora ya no demuestran tanta vergüenza al intentar mostrar sus intenciones:

Anya ahora lee sin descaro la mente de Damian, y sabe (gracias también a las pláticas pervertidas de Becky) que debe tenerlo a su merced si no quiere que la nueva generación de gatas rompehogares se manifieste ante el, o en una escapada que le organicen Ewen y Emile.

Eso sí, debe ser muy discreta, para no revelar sus verdaderas intenciones, así que lo tiene que hacer disimuladamente...

...o al menos lo intenta.

Solo digamos que no es nada convencional distraerlo de que platique con otras chicas, por motivos escolares (al menos eso cree Segundo)...

... dándole un pequeño pellizco en el trasero, mientras va "inocentemente" rumbo a la oficina del director Henderson.

Y eso por solo citar un ejemplo de varios, que probablemente luego se vayan mencionando.

Claro que este tipo de acciones hacen que al Desmond se le enciendan los deseos.

¿Que acaso solo la enana de cabello rosa puede tocarle la retaguardia, y no viceversa?

Quién da el primer paso, es porque tiene ganas.

Y ella debe saber que más temprano que tarde, vendrá el contraataque.

********

-Segundo... ¿Que...? Aquí no...

-Tú empezaste enana...

Se están devorando a besos después de un día largo de estudio, queriendo sacar todas las frustraciones del día:

-Tú sabes... Por qué lo hice.

-¿Fingir una caída frente a unas estudiantes de 15 años y que con esta tu cara quedara a la altura de mis partes nobles?

-Una, no eran estudiantes, eran rompehogares, les leí la mente. Dos, si me caí, lo de ir a dar en esa parte es tema aparte. Y tres, ¿Quieres que te maten?

Lo último lo dice la pelirosa al señalar donde estaban:

Porque oh si, no se localizan en ninguna parte de Eden, ni en un parque...

... sino en él departamento de los Forger.

-Tu tranquila, no han llegado aún a estas horas, nadie me va a matar.

Tan seguro luce Damian, que ya se disponía a besar a su chica -y de allí hasta que pasara lo que tuviera que pasar- de no ser por:

-¿Matar qué?

Una voz femenina los sorprende, saliendo de la recámara de los mayores, luciendo la ropa medio puesta y mal arreglada, haciendo que Anya saltara un medio metro fácil, para separarse y así no los descubrieran.

-Ma, estás aquí... Asco, no me digas que Pa está allí dentro...

-"¿Estaban teniendo sexo?"

Anya asiente a la pregunta mental de Damian, una vez que ella leyó la mente de Yor, quien se pone roja de la vergüenza de ser descubierta junto con un Loid que aún sigue en la recámara:

-Ah... Voy a darme una ducha, tu papá ahorita hará la cena.

Y sin dar tiempo a más preguntas, se mete al cuarto de baño.

Quién le hubiera dicho que quienes estaban a punto de ser descubiertos eran los adolescentes.

Descubiertos, no lo fueron, pero con muchas ganas que tenían antes de la interrupción, sin duda.

Una familia de verdadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora