Una familia de verdad

From dance of vals to dance of passion

-Uno, dos, tres, cuatro. Uno, dos, tres, cuatro...

Hay quien pregunte, ¿de qué se trata esto? ¿Acaso están tan aburridos que se pusieron a contar cualquier cosa?

No precisamente, mejor que ellos mismos mencionen que hacen:

-Segundo, me recuerdas ¿por qué tuvimos que ensayar el baile de la graduación aquí?

La pelirosa pregunta señalando el lugar donde están, en el salón de los Escolares Imperiales.

-Simple, enana: porque no tenemos otro espacio grande como para que puedas practicar el vals sin que choques con cualquier cosa cerca gracias a tus bailes raros.

-Mira quién lo dice: el que se sacó los pasos prohibidos en la "despedida" de George.

-Al menos yo bailo bien, y lo sabes. Así que practicas, o tendré que bailar con una de las nuevas "gatas", como tú las llamas.

-Pero en sábado en la tarde... no es justo...

-No hagas tus pucheros, sabes que entre semana no podríamos hacerlo... al menos no a como estamos vestidos.

Esto último lo dice Damian señalando las vestimentas de ambos: debido al clima inusualmente caluroso que hay en Berlint para esa época del año, ambos visten lo más ligero posible:

Damian con una camiseta blanca sencilla y shorts de uno de los equipos de futbol en los que estuvo antes de ser imperial.

Mientras que Anya, con una blusa de tirantes color rosa, y unos shorts celestes, además de que ambos traen sandalias.

-Gracias que el director Elegante nos permitió utilizar el salón para este propósito.

-Porque te conoce: sabe lo que puedes causar en otros lados, y no quiere que se manche más el nombre de los Escolares Imperiales.

-Eso explica también las cortinas cerradas, y que nada más llegar, aventamos los uniformes... gracias sistema de ventilación por existir- añade señalando una silla al lado de un sofá, con los uniformes de ambos -capas incluidas- dejadas de lado.

-Bueno, no vamos a perder más tiempo: uno, dos, tres, cuatro. Uno, dos, tres, cuatro...

Damian se vuelve a poner en modo mandón, cosa que le desagrada a Anya:

-Lo que tengo que hacer por tener a este hijo de corrupto...

Eso hace reaccionar al aludido, el cual da un paso al frente, más cerca de ella:

-Yo no fui adoptado 5 veces, como otras...

Ella asume el reto cortando también la distancia a razón de un paso:

-Al menos a mí no me ignoraban a pesar de vivir con ellos.

-Pero al menos yo si sé de donde vengo...

-...de una ascendencia digna del vertedero.

Oh si, desde que cayeron los muros sociales entre ambos, no deja de haber momentos de tensión.

Aunque no de tensión emocional, si es que saben de qué hablo.

Se van acercando cada vez más a cada frase retadora que se van diciendo, que si bien lo que se dicen no es un serio, sino para intentar descargar esa tensión, demuestran que les gusta jugar al filo de la navaja.

-Chica tonta.

-Tsundere sin amor de padre.

-Estúpida que se dejó adoptar por espía y asesina.

-Tipo con padre preso, madre prófuga y hermano muerto.

-Amiga de ex-rompehogares y ahora poliamorosa.