PRÓLOGO

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Maela, segunda hija de Rhaenyra Targaryen y Ser Leanor Velaryon. Nació un año después de su hermano mayor, Jacaerys. A diferencia del pequeño príncipe, la niña había sido bendecida con los rasgos valyrios que tanto caracterizaban a su casa. Ser Leanor, orgulloso, paseaba a la niña de aquí para allá. Para su primer día del nombre, el rey Viserys y la reina Alicent organizaron un torneo en su nombre. Con la llegada de sus dos hermanos menores, Lucerys y Joffrey, los rumores de que la princesa era hija legítima de Ser Leanor y que sus hermanos habían sido concebidos por Ser Harwin Strong, el escudo jurado de su mandre, crecieron.

Maela pasó gran parte de su niñez en Desembarco del Rey. Creció junto a sus tíos, los principes Aegon, Aemond y Daeron y la princesa Helaena. Cuando su madre, cansada de la Reina, decidió trasladar a su familia a Rocadragón, la joven princesa se opuso. Rogó de rodillas a su madre que la dejara permanecer en el castillo, junto a su abuelo. El Rey Viserys prometió a su hija que a la niña no le faltaría nada. La Reina, por su parte, le aseguró a Rhaenyra que Maela se formaría en idiomas, política e historia. Además de que tendría clases de canto y baile regularmente. Maela también dedicaba gran parte de su día a fortalecer su vínculo con su dragón, al cual había llamado Veraxes. Y cuando el dragón fue lo suficientemente grande para soportar su peso, Maela lo montó y voló a Rocadragón, a visitar a sus padres.

Cuando la hermana de Ser Leanor falleció, Maela voló en Veraxes junto a sus tíos hacia Mercaderiva. Allí consoló a su padre, quien se ahogó en jarras de vino y en los brazos de su escudero, Qarl Correy. Maela fue despertada por los gritos de los demás niños cuando estos atacaron al principe Aemond y le arrancaron un ojo. Se paró detrás de su madre cuando la Reina Alicent reclamó el ojo de su hermano Lucerys como venganza.

Luego, con la muerte de su padre, Maela pasó un tiempo en Rocadragón con su madre y hermanos. Pero cuando Rhaenyra contrajo matrimonio con su tío, el Príncipe Daemon, Maela regresó a Desembarco del Rey. Se decía que la princesa y el príncipe no se llevaban bien, ya que ella pensaba que Daemon había estado involucrado en la muerte de su padre.

Maela se sentía libre en la capital, lejos de su madre, lejos de los susurros constantes que envolvían a ella y a sus hermanos cada vez que los veían juntos. En Desembarco del Rey, la princesa creció, convirtiendose en una jovencita de belleza única, adorada por el pueblo. El Encanto del Reino, la llamaban. Dentro del castillo, la historia era otra. Entre la servidumbre se hablaba de que, realmente, ella era la Perdición de los Principes.

Traicion de Sangre || HOTDDonde viven las historias. Descúbrelo ahora