EPÍLOGO

604 48 2
                                    

El reinado de la reina Rhaenyra, primera de su nombre, fue corto pero significativo. Dejó un linaje fuerte y una heredera lista para asumir su nuevo papel. Maela fue coronada una luna después de aquel fatídico día en Rocadragón. En los libros de historia, la llamaron La Batalla sobre Rocadragón. Ese día, tres de los cinco hijos del rey Viserys I murieron. La reina Rhaenyra cayó de lomos de Syrax y se desangró en la costa de Rocadragón, Daeron fue devorado por Vermithor y, Aegon, envenenado por la mujer cuya inocencia mancilló. 

La reina Maela, primera de su nombre, subió al trono en el año 133 d.c. Su padre, el príncipe Daemon, le colocó en la cabeza la corona del Viejo Rey y se arrodilló ante ella, junto con cientos de lores y ladies del Reino. Maela contaba con diecinueve días del nombre encima y, su consorte, el príncipe Aemond, con veintidós. Nueve fueron los días de festejos a lo largo y ancho de los Siete Reinos. Su primera acción como reina fue declarar princesa de Rocadragón a su hija, la princesa Naerys. Maela conservó el mismo consejo que acompañó a su madre. Lord Stark le prometió que le serviría como Mano hasta el día de su muerte. Todo en la capital siguió su debido curso. Los príncipes Aegon, Viserys y la princesa Visenya crecieron bajo la atenta mirada de la reina y el príncipe consorte.

Luego de la coronación, Daemon se marchó. Montó a lomos de Caraxes y partió rumbo a lo desconocido. Meses después, un cuervo llegó desde las Ciudades Libres. Daemon se había encontrado con una anciana Saera Targaryen, quien lo recibió en su imperio en Volantis y planeaba quedarse allí por un tiempo indeterminado. Dijo que extrañaba a sus hijos, pero ya no sentía que los Siete Reinos fueran su hogar.

─ Daemon pertenece al mundo ─dijo Aemond─ Es tan libre como un hombre puede ser.

─ Siento lástima por los niños ─le dijo su esposa.

─ Los niños están bien con nosotros. No les falta nada.

Y eso era cierto. Después del nacimiento de la princesa Naerys, el reino no había sido bendecido con la llegada de otro heredero. Maela y Aemond habían adoptado a Aegon, Viserys y Visenya como suyos. En Marcaderiva, el linaje Velaryon se fortalecía. En el 134 d.c, Rhaena dio a luz a las gemelas Rhaenys y Laena Velaryon. En el 138 d.c, nació Balaerys.

Aegon y Jaehaera se casaron en el cuarta luna del año 144 d.c. Tenían 22 años. Un año después recibieron a los mellizos Aemon y Baelor. En el 147, recibieron a la princesa Daena y, en el 150, a la princesa Elaena. Ese mismo año, los príncipes Viserys y Visenya, de veintidós y veinte días del nombre respectivamente, se unieron en matrimonio según la tradición Valyria. Aemond fue el encargado de entregar a la novia a su esposo. Muchos de los presentes juraron ver como lágrimas caían por las mejillas del príncipe consorte. Pero no fue el hecho de que la jóven se casara que lo emocionó si no que, cuando llegaron al altar, Visenya le dio un abrazo y lo llamó papá.

Joffrey fue nombrado Maestre de Rocadragón y vivió hasta el día de su muerte en aquella isla. Sirvió fielmente a su sobrina Naerys y a su esposo, el príncipe Doran Martell. Una gran fiebre se lo llevó en el año 167 d.c. Tenía 48 años. Su hermana, la reina, lo lloró hasta el último momento. Fue Tyraxes quien encendió la pira funeraria de su propio jinete. Meses después el dragón sería reclamado por la princesa Elaena, de 17 años. Baelor montaba a lomos de una dragona color escarlata a la que llamó Alysantys  y su mellizo, Aemon, había reclamado a Fantasma Gris, cuando tenía doce días del nombre. Daena prefería mantener sus pies sobre la tierra, pero disfrutaba de navegar junto a su primo Balaerys, nueve años mayor, quien terminaría conviertiendose en su esposo años después, uniendo una vez más a las grandes casas Targaryen y Velaryon en matrimonio.

La princesa Naerys contrajo matrimonio con el príncipe Doran Martell en el año 157 d.c. La paz con Dorne finalmente se selló. Los príncipes se instalaron en Rocadragón de inmediato. Se decía que Doran amaba incondicionalmente a la princesa. Era devoto a ella y ella era devota a él. Perdieron media docena de embarazos en los doce años que estuvieron casados. En el año 169 d.c, el príncipe Martell murió de la misma fiebre que se había llevado al príncipe Joffrey dos años atrás. La princesa Naerys lloró la muerte de su esposo por meses. Se negaba a abandonar Rocadragón, así que la reina se instaló en la isla junto a ella por dos años. Naerys se sumió en una profunda depresión. Se sentía avergonzada por no poder cumplir con su rol de princesa de Rocadragón, pero simplemente no hallaba fuerzas para levantarse de la cama. Los Dioses se la llevaron una mañana lluviosa del año 171 después de la Conquista. La reina dijo a su esposo que su hija se había ido feliz.

─ Cuando Doran murió, se llevó todo de ella. Donde sea que estén, Naerys es feliz. Eso es lo que me ayuda a estar tranquila. Nuestra niña ya no sufre más.

La reina Maela Targaryen, primera de su nombre, murió en el año 175 d.c. Contaba con 61 días del nombre. Había reinado sobre Poniente durante cuarenta y dos años. Se decía que el día de su funeral se presentaron un centenar de lores y ladies en la capital para presentar sus respetos a la fallecida reina. Lord Baratheon, Lord Lannister y Lady Hightower, casas contra las que Maela luchó en la Danza de Dragones, dijeron que nunca había existido un gobernante más justo en la historia de los Siete Reinos.

Aemond murió de tristeza dos meses después con sesenta y cuatro años. Su dragona Vhagar había muerto cinco años atrás, así que fue el dragón de su hijo Aegon quien encendió su pira funeraria. Sus cenizas fueron colocadas junto con las de su esposa. Viserys y Visenya nombraron a uno de sus hijos en su honor.

El rey Aegon III recibió un reino en paz. Los años de guerra estaban enterrados en el pasado y solo quedaba paz por delante. Pero los dioses actuaban de maneras extrañas. La reina Jaehaera murió en el 180 d.c. El rey lloró su pérdida por semanas. La princesa Helaena había muerto tres años atrás. El dragón de Jaehaerys Targaryen fue quien incendió la pira funeraria de su hermana. La princesa Daena se enfadó profundamente con su padre por no ser capaz de darle él mismo la despedida a su reina.

Mantener la sangre pura tenía sus consecuencias, ellos lo sabían. Muchos reyes Targaryen rozaban el límite de la cordura. Cuando el último dragón murió en el año 210 d.c, una carrera por hacer eclosionar más huevos se llevó la vida de varios Targaryen a lo largo de los años.

Deberían pasar casi noventa años, lejos de Poniente, cuando una jóven de cabello largo plateado y ojos violetas resurgió del fuego con tres dragones bebés en sus hombros. Fue llamada la Madre de Dragones. Pero, en realidad, era más que eso. Era la princesa prometida. La Targaryen que debía sentarse en el Trono de Hierro cuando la muerte amenazara al mundo de los vivos.

Traicion de Sangre || HOTDDonde viven las historias. Descúbrelo ahora