I

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T/N


"¿Por qué tardan tanto?" se quejó Thalia mientras se abrazaba para sacarse el frío.

Un viernes antes de las vacaciones de invierno, nos encontrábamos Annabeth, Thalia y yo paradas cerca de la ruta.

Hacía demasiado frío afuera, tenía los pies helados y me temblaban los labios. Me había abrigado de pies a cabeza y aún así me sentía una escultura de hielo.

Ahora se preguntaran: ¿Que hacen ahí afuera con ese frío?

No hay que darle mucha vuelta a la situación. Estábamos esperando a Percy y a su madre, Sally, quiénes nos vendrían a buscar en auto.

Tendrían que haber llegado hace veinte minutos.

Podría haberme preocupado y pensado que les había pasado algo, pero Percy ya me había advertido de su impuntualidad.

Así que sólo nos quedaba esperar.

Y esperar.

Y esperar.

Y-  bueno ya entendieron el punto.

Al cabo de unos diez minutos más un auto frenó a nuestro lado y la puerta se abrió dejándonos ver a Percy en el asiento de copiloto.

Rápidamente las tres nos subimos a auto.

"Hola, chicas." saludó Sally mientras manejaba "Lo siento por la tardanza. Tuvimos algunos inconvenientes.."

Miró de reojo a Percy.

"No pasa nada, Señora Jackson." le dije " No estuvimos esperando mucho."

A veces una mentira piadosa no hace daño. 

"Me alegro. No hace falta la formalidad conmigo, Sally esta bien."

Asentí con la cabeza.

"Un gusto, Sally. Soy t/n."

"¡Ah t/n! He escuchado muchas cosas sobre ti."

Vi como Percy se tensaba en el asiento de adelante.

Sentí como se me calentaba el cuerpo.

No pude formular ninguna palabra y sólo me reí nerviosa.

Por suerte nadie siguió con la conversación y me ahorré un gran episodio de extrema verguenza.

Desde Nueva York a Bar Harbor, en Maine, había un trayecto de ocho horas en coche. El aguanieve caía sobre la autopista. Hacía meses que no nos veíamos con Percy, pero entre aquella ventisca y lo que nos esperaba, estábamos demasiado nerviosos para decirnos gran cosa. Salvo Sally. Al parecer, si está nerviosa habla de más. 

Cuando llegamos finalmente a Westover Hall estaba oscureciendo y la madre de Percy ya nos había contado las anécdotas más embarazosas del historial infantil de Percy, sin olvidarse de una sola.

Thalia limpió los cristales empañados del coche y escudriñó el panorama con los ojos entornados.

"¡Uf! Esto promete ser divertido."

ᴘᴇʀᴄʏ ᴊᴀᴄᴋsᴏɴ: ᴍᴀʟᴅɪᴄɪᴏ́ɴDonde viven las historias. Descúbrelo ahora