VII

1.1K 96 6
                                    


T/N

Lo mínimo que podía haber hecho la momia era volver andando al desván por su cuenta.

Pero no. Nos tocó a Grover, Percy y a mí llevarla de vuelta. Y no creo que fuera por nuestra popularidad precisamente.

"¡Cuidado con la cabeza!" advirtió Grover mientras subíamos las escaleras.

Demasiado tarde... 

¡Paf! Percy le dio un trompazo al rostro momificado contra el marco de la trampilla y se levantó una nube de polvo.

"¡Mierda!" Percy la dejó en el suelo y miró a ver si había desperfectos "¿He roto algo?"

"No sabría decirte." repuso Grover encogiéndose de hombros.

Volvimos a levantarla. Grover y Percy la agarraban de los brazos mientras yo la sujetaba por las piernas. Mientras la llevábamos no pude evitar mirar sus pies. Casi vomito. Tenía todas las uñas negras y rotas. La planta de los pies estaba llena de callos y olían tan mal que tuve que aguantar la respiración para no intoxicarme.

"Por los dioses, hasta el aliento de las arpías huele mejor que esto." dije.

"¡Ni que lo digas!" agregó Percy.

 La colocamos en su banco, los tres sudando y resoplando. ¿Quién habría dicho que una momia podía pesar tanto?

Sentí un gran alivio cuando salimos del desván y cerramos la trampilla de un portazo.

"Que asco." dijo Grover.

Nos quedamos en silencio. Las situación seguía tensa desde que las cazadoras nos ganaron en el juego de capturar la bandera.

"¿Qué creen que decidirá Quirón?" preguntó Percy.

"Ya me gustaría saberlo." dijo Grover. Desde la ventana del segundo piso, miró ensimismado las colinas ondulantes cubiertas de nieve "Ojalá estuviese ahí fuera."

"¿Buscando a Annabeth?" pregunté.

Tardó un segundo en asimilar mi pregunta. Y entonces se sonrojó.

"Claro, sí. Eso también. Desde luego."

"¿Por qué?" pregunté "¿En qué estabas pensando?"

Grover pateó el suelo con sus pezuñas.

"En una cosa que dijo la mantícora. Eso del Gran Despertar. No puedo dejar de preguntarme... Si todos esos antiguos poderes están despertando, quizá no todos sean malos."

"Te refieres a Pan." adivinó Percy.

Me sentí un poco estúpida: había olvidado por completo la gran ambición de Grover. El dios de la naturaleza había desaparecido hacía dos mil años. Se rumoreaba que había muerto, pero los sátiros no lo creían y estaban decididos a encontrarlo. Llevaban siglos buscando en vano, y Grover estaba convencido de que sería él quien lo lograse. Este año, como Quirón había puesto a todos los sátiros en alerta roja para rastrear mestizos, Grover no había podido continuar su búsqueda. Y eso debía de tenerlo loco.

"He dejado que se enfríe el rastro." dijo mi amigo sátiro "Siento una inquietud permanente, como si me estuviera perdiendo algo importante. Él está ahí fuera, en alguna parte. Lo presiento."

Yo no sabía qué decir. Me habría gustado animarlo, pero no sabía cómo. Mi propio optimismo había quedado pisoteado en la nieve del bosque, cuando perdimos a Annabeth.

Antes de que pudiera responder, Thalia subió las escaleras con gran estrépito.

Ahora, oficialmente no le hablaba a Percy, pero me miró y me dijo:

ᴘᴇʀᴄʏ ᴊᴀᴄᴋsᴏɴ: ᴍᴀʟᴅɪᴄɪᴏ́ɴМесто, где живут истории. Откройте их для себя