── 𝐂𝐀𝐏𝐈𝐓𝐔𝐋𝐎 › 0 1 3

1.5K 273 21
                                    

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.









—A honor de la partida de la princesa Lucyphella Margaret Ashet, su majestad, con su más grandes pesar, decreta una inactividad completa de todas las funciones para que el pueblo entero pueda hacer su presencia el día de mañana en su funeral.

«Destruye a tu padre...destruye a Regis»

Trató de ignorar todas las palabras que su madre le dijo en aquella mañana del día lunes.
“Regis”. Parecía ser que nadie más existía para ella durante ese momento. Solo repitió su nombre. Lo repitió una y otra vez hasta quedar completamente muerta. ¿Pensó en él en algún momento de todo esto?, ¿Por qué el Duque sólo reinaba en sus pensamientos?, ¿Por qué deseaba venganza contra él? Tenía tantas preguntas en la cabeza que lo estaban volviendo loco.

—¿Adri? —prohibieron que Max se acercara a la habitación de Adri. El emperador no deseaba que su hijo estuviera cerca de él, claro está que los motivos eran por codicia. No veía en Maximiliam un ejemplo perfecto para Adri. Era mejor mantenerlos distanciados, pero jamás contó con la posible idea de que el hijo de la reina trepara por los árboles hasta llegar al balcón del dormitorio del príncipe.

—Max. —su voz sonó tan quebrada eh hizo que el más menor también largará sus propias lágrimas.
Abrazó con fuerzas al mayor. Estuvieron así por un largo rato.
Max podía comprenderlo. Él también pasó por un dolor similar al suyo.

—Tranquilo, todo estará bien. —era su turno hacer que aquellas lágrimas se detuvieran.
Su primo no huyó de él. Prefirió estar en sus brazos, llorando sin consuelo alguno. Ahora se siente pésimo por haber huido aquella vez—. Adri... —los ojos azules de Adri se unieron en una conexión con los ojos rubí de Max. La sonrisa que el hijo de la reina tenía era encantadora, hacía del alma del hijo de la princesa más cálida. Era como ver al Max del pasado, aquel feliz y sonriente niño que por la crueldad de la vida fue asesinado— prometo que nunca te dejaré solo. Estaré contigo y siempre me detrás de tu lado.

—No es justo. —sollozó el mayor—. Mamá ni siquiera pensó en mí cuando murió.

—Claro que pensó en ti. —lo abrazó una vez más—. Ninguna madre no puede no pensar en sus hijos. Tú eras la razón de vida de Lucyphella.

¿La razón de vida?

Vivió tanto tiempo viendo sufrir a esa mujer. Ni siquiera tiene tantos recuerdos de ella siendo verdaderamente feliz. Si él era su razón de vida, entonces ¿por qué no luchó por seguir viviendo? Es como si ella hubiera estado esperando a la muerte desde hace mucho tiempo. Como si hubiera estado muerta desde un inicio y hubiera estado fingiendo el vivir.

«Destruye a tu padre...destruye a Regis»

«¿Por qué...por qué me estas pidiendo que haga algo como eso?»

«¡Respondeme mamá!»

«¡MAMÁ!»

Alejó a su primo de repente. Max observó a Adri confundido, ¿dijo algo que lo molestó?

—Quiero estar solo. —su pedido fue cumplido por él. Max abandonó la habitación yéndose de la misma forma que llegó. Tal vez deseaba pensar en soledad, él también buscó el total silencio cuando perdió a su madre. Aún así, no deja de sentir que lo que está haciendo es un grave error.

El príncipe decidió ir y tomar asiento delante del juego de ajedrez que siempre estuvo allí, sobre la mesa de té. Aquel juego que tanto su madre odio y del cual una vez le prohibido jugar.

Creo que esa fue la única orden que él faltó. Que él decidió violar.

«¡Mamá!, ¡Mamá...no te vayas!, ¡No me dejes!»

—Solo tuviste cabeza para él. —tomó al rey del tablero—. Ni siquiera pensaste en mi en tus últimas bocanadas de aliento. —¿un hijo podía llegar a odiar a su madre?, ahora mismo Adri estaba experimentado tantos sentimientos juntos que no logra entender lo que verdaderamente siente: ¿Amor?, ¿tristeza?, ¿confusión?, ¿odio?...—. Si tu último deseo fue que me vengará de Regis Floyen, entonces, que así sea. Regis Floyen tiene que pagar.

¿Pagar qué exactamente?

Nunca supo hallar una respuesta al motivo por el que su madre siempre detestó al Duque.

Y tampoco podría hallarle una respuesta al hecho del porqué él estaba allí presente, delante de su madre, llorando como un niño.

—Perdóname. —murmuró tomando la mano de la princesa—. Perdóname. Perdóname...

«Destruye a tu padre...»

«Él nos abandonó...me abandonó...»

¿Por qué?

¿Por qué ahora tenía esos recuerdos?, ¿precisamente ahora que ve el como el Duque besa la mano de su madre con desesperación?

¿Qué es lo que trataban de decirle?, ¿Quién es el que trataba de decirle algo?

—Mi príncipe. —Helena apareció detrás suyo de repente. Las voces se habían esfumado después de que ella haya hablado—. Trate de controlarse. No haga que caiga una tempestad en el reino.

«¿Helena

—Vamos. Debe descansar. —extendió su mano y él la aceptó—. Mañana será un día muy difícil.

—Sí, Helena.

𝐏𝐑𝐈𝐍𝐂𝐄 𝐅𝐋𝐎𝐘𝐄𝐍 . ¡Father, I don't want to get married!✓Where stories live. Discover now