Capítulo 1

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| Una nueva vida |
— Mónica —

Los vuelos de largas horas casi no me gustaban, estar sentada en un solo lugar era demasiado agotador, cansado y frustrante. A este paso me quedaré sin trasero. Mis hermanas estaban dormidas, Karen tenía los audífonos puestos y Mía tenía la cabeza recargada en la ventana.

El piloto nos avisó que el avión aterrizaría en media hora. Me recargué un poco en mi hermana para apreciar la vista de la ciudad, ya casi era de noche, todo era demasiado hermoso, a unos kilómetros se podía divisar la luces del pueblo donde viviremos de ahora en adelante.

—Todo esto ya es demasiado —me susurró a mi misma.

Esto es algo que un no termino de asimilar por completo, es algo raro y repentino, aún no sé si me llegue acostumbrar a todo esto, más por mis hermanas. Él pilotó nos avisó que ya estábamos por llegar, desperté a cada una, los demás pasajeros ya se estaban preparando para el aterrizaje, por otro lado, yo tenía un poco de miedo.

—¿Ya llegamos? —pregunta Karen, tallándose los ojos.

—Sí.

—Fue muy rápido el vuelo —habla Mía, del otro lado del asiento.

—Para ustedes —guardo mis audífonos y tableta—. Todo el vuelo se fueron dormidas.

—Teníamos demasiado sueño.

—Como sea, guarden sus cosas.

Minutos después el avión aterrizó, mis hermanas y yo fuimos por las maletas faltantes, hicimos todo lo requerido al llegar, finalizando las labores de chequeo, nos dirigimos a la salida donde nos estaba esperando el taxi que nos llevaría a nuestra nueva casa, eso suena raro, ya que la mayoría del tiempo nos hemos estado mudando de casa en casa y era demasiado fastidioso hacerlo a cada rato.

Si se preguntan cómo conseguimos el dinero, es porque nuestros padres nos dejaron una muy buena herencia antes de morir y desde ese entonces lo hemos estado administrando para no perderlo todo.

—Muy buenos días, señoritas —un señor de aproximadamente 50 años de edad nos recibió a las afueras del aeropuerto.

—Muy buenos días —respondemos al mismo tiempo.

—Yo seré el encargado de llevarlas a su nueva casa —nos abre la puerta trasera del taxi —así que suban.

—Gracias.

Subió nuestras maletas al maletín del auto. Recargue mi cabeza en el respaldo del asiento, el chófer subió y emprendió marcha El recorrido no fue tan largo, casi media hora, pero lo que valía la pena era la vista, lo recompensaba todo, el pueblo al que íbamos estaba a las afueras de la ciudad.

Lo primero que vimos, un cartel que decía "Bienvenidos a Leimun, un pueblo tranquilo donde las familias más felices habitan. "

¿Acaso no le podían poner otro nombre más original? Digo, algo más llamativo.

—Sí que es hermoso el lugar —vocaliza en un suspiro la rubia.

—Así es señorita —el chófer nos mira por el espejo—, es uno de los pueblos más antiguos de toda Inglaterra.

—Lo antiguo lo hace más especial —Responde Mía.

Sombra de Lágrimas (Nueva Versión) ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora