Capítulo 3

34.1K 1.4K 508
                                    


| Doni |
Mónica

Me desperté desde hace dos horas, estaba en el parque del pueblo haciendo un poco de ejercicio, me sorprende la cantidad de gente que se levanta tan temprano para hacer ejercicio, en donde vivíamos antes, era muy poca la gente que le gustaba hacer ejercicio, mucho menos a estas horas. Estaba tan concentrada en lo mío, que no me di cuenta de que un chico se había acercado a mí.

—Hola.

Un chico de cuya identidad desconocida se acercó a mí.

—Hola... —me hice unos cuantos pasos para atrás, por precaución.

El desconocido solo sonrió por mi repentina acción. Era lindo, de eso si estoy muy segura, su cabello era entre largo y corto, de un color negro, casi como el mío. Le llegaba hasta las orejas.

Para que se den un ejemplo, tenía el mismo corte y peinado de Max Dennison de Hocus Pocus.

—¿Se acaban de mudar?

—Sí.

—Escogieron un buen lugar para vivir —no dejaba de sonreír y eso me ponía nerviosa.

—Lo sé.

—Que grosero, no me he presentado —me extiende su mano—. Mucho gusto, soy Max Bishop

Max, que casualidad.

—Un gusto —desconfiada, le correspondo el saludo, no quería ser grosera al no hacerlo—, yo soy Mónica.

—Lindo nombre, Mónica.

—Igual el tuyo.

Decido seguir con lo mío.

—¿Y qué les está pareciendo el pueblo? —toma asiento en la banca de madera.

—Es hermoso..., y un poco raro.

—Lo raro lo hace especial.

Ya quita esa maldita sonrisa.

—¿Conoces a todas las personas de aquí?

Una pregunta conlleva a otra pregunta fuera del tema de conversación.

—A la mayoría —detalla mi rostro.

—¿Conoces a los Bennett?

Genial, los acabo de conocer y ya le ando preguntando a medio mundo sobre ellos. La fanática obsesionada por ellos tres.

Soy curiosa más no chismosa.

—Sí, son mis primos —rasca su barbilla.

Pongo mi mejor cara de asombro. Pude haberme esperado cualquier respuesta de su parte, menos esa.

—¿Estás hablando en serio?

—Mi mamá es hermana de su papá.

—¿Entonces... tu apellido es Bishop Bennett?

—Así es —saca un celular de su bolsillo.

—Inesperada respuesta, ¿por qué ellos tres son los únicos que pueden ingresar al lado norte del pueblo? —repentina, suelto aquella pregunta inesperada.

Se me queda mirando por unos segundos.

—No puedo decirte, esos son asuntos un poco personales.

—Entiendo, solo una última pregunta.

Debo dejar de hacer demasiadas preguntas.

—Dime.

—¿Aparte de ellos quien más puede ingresar?

Sombra de Lágrimas (Nueva Versión) ©Where stories live. Discover now