Nueva Luna. ~terminada~

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┍━━━━━ Pérdida ━━━━━┙

— Alfa... ¿Puedo decirte un secreto?

— Claro que sí, somos amigos —sonrieron

— ¿Somos amigos?... Por eso los lobos te molestan, eres amigo de una niña. —Junhkook carcajeo

— Ellos jamás lo entenderían, ¿Te ha pasado que, sientes mucha, mucha hambre y necesitas comer o desmayaras?

— No, mamá siempre se preocupa que coma muy bien —Kook gruñó, sabía que ella se burlaba.

— A lo que voy, es... Casi te crié, te enseñe muchas cosas, disfruto contigo, y es como si... Cuando no te veo me duele el cuerpo, no me concentro, y es por eso que debo venir por lo menos 3 veces al día, a verte aunque sea 1 minuto.

— Soñé contigo

— ¿Como qué soñaste conmigo, Amor?

— Es verdad, no me molestes Alfa... Aún me da vergüenza.

— ¿Y qué soñaste, Emma? —ella guardo silencio un momento, Kook volvió su rostro a ella, viendo su perfil, notando como en sus ojos se reflejaba el firmamento lleno de estrellas y la Diosa Luna.

Ambos estaban recostados sobre el tejado, fuera de la ventana de la habitación de Emma.

Ella comenzó a reír con lentitud, un aroma dulce provino de su esencia, Jungkook la decifró cómo felicidad.

— Estábamos en la Aldea, yo era mayor, y tú estabas a mi lado, abrazaste de mi cuerpo con fuerza, sin hacer daño, sin malicia, y —llevo sus dedos a su mejilla— besaste mi rostro con ternura —dio una pequeña carcajada— una niña salía entre nuestras piernas y decía que tú eras solo de ella, no sentí celos, sentí, tranquilidad.

La pequeña trago pesado, el Alfa sonrió ante sus hermosas palabras, su corazón se apretó, sabía que eso no sucedería pues, el, ya estaba con Leah y Emma era la única que no lo sabía.

Aquel hermoso aroma se esfumó, en su lugar llegaron feromonas de pena.

— ¿Que sucedió luego? —ella pestañeo rápido y por sus cienes cayeron lagrimas.

— Luego todo se volvió frío, había nieve por donde mirase, intenté buscarte y a... La cachorra, necesitaba protegerlos, pero solo estaba yo, un lobo viejo y muy grande se acercó a mí, me tenía entre sus patas, en sus ojos podía ver mi rostro con miedo, cuando se acercó para morderme desperté asustada.

— Sabes que eso no pasará, mi deber es cuidar a todos.

— Aún así, no evita que sienta miedo, se sentía tan real, que incluso cuando desperté había un frío en mi cuerpo y podía jurar que mi cuello estaba húmedo, pero mamá dijo que era por el sudor que me provoco esa pesadilla.

— Para que te sientas más tranquila, juro, con mi vida que siempre te protegeré... Yo daría mi vida por ti, Emma.

— No quiero que lo hagas —el la vio con asombro — hay cosas de las que me doy cuenta, cosas que me duelen e intento hacer que no es nada, yo... —la noto tragar aire nerviosa— creo que me iré a la cama, ya tengo sueño.

— Creí que nos quedaríamos más tiempo. — la vio levantarse y caminar a la ventana.

— Quédate, yo me iré a mi cama, calientita y cómoda —el sonrió— Buenas noches, Alfa.