CAPÍTULO DIEZ - INDIETRO

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Unos meses después del embarazo.

Francia Rizzo

Alex se había llevado a su hija a pasear, Christopher y yo nos tolerábamos por Atenea el motivo de que nos lleváramos bien era incierto, Alex nos había amenazado que si no lo hacíamos íbamos a estar en problemas.

Subí al segundo piso para ir a ver el paisaje de la terraza, había perdido contacto alguno con la central estaba de licencia pero era hora de volver.

Mi traje estaba perfectamente limpio, mi pelo iba suelto haciendo que el negro hiciera contraste con el blanco, me subo a mi auto para conducir a la central, cuando llego puedo ver como todos se apresuran hacer sus labores, recibo saludos por parte de los capitanes pero avanzo hasta la oficina de Christopher.

Golpes, cosas rompiéndose se escuchaban desde dentro, tomo la manija y la giro encontrándome con un Morgan destrozado con los ojos rojizos y los puños llenos de sangre.

-Mierda, Christopher!

Corro hacia él, pero me aparta cuando intento tocarlo.

-Lárgate. - ordena.

Omito su tono y le hago una llave llevándolo al sillón, intento hacer que me mire pero no lo logro.

-Iré por un botiquín - aviso.

Entro al baño omitiendo sus reclamos, me siento frente a él y cuando intento agarrar sus manos me aparta.

-¿Eres sorda? Largo.

-Maldición si que eres terco - me quejo - Dame las malditas manos.

No lo hace y no me queda de otra aplicando el acto de persuasión.

-Si no lo haces, no te dejaré ver a Atenea.

Las palabras hacen que me mire incrédulo y le muestro una sonrisa, noto sus ojos rojos y las ojeras, desvía mi atención dándome las manos.

-Que sea rápido.

Asiento mientras me dedico a limpiar sus heridas, no hace ningún ruido me concentro lo más que puedo en mi trabajo hasta que termino.

-Me puedes explicar, ¿por qué es todo esto?

-No.

-Oye se que no somos los mejores amigos pero al menos puedes confiar en mí, soy la madre de tu hermana y aunque no lo creas que seas especial para At, te hace especial para mí.

Me mira desconfiando y por primera vez puedo ver como lucha contra él mismo a la hora de hablar.

-Rachel se largo.

Oh! La teniente problemática.

-Ya volverá, no te preocupes.

-Se fue de exilio.

Asimilo las palabras y quedo en blanco, exilio ahora entendía que pasaba, debo regañar a Alex más tarde por no contarme estas cosas.

-¿Desde cuando estás así? - pregunto desconfiada.

-Ayer. - responde neutro - No lo digas.

-¿La amas?

La pregunta lo deja mudo, y yo arreglo el vendaje de sus manos, ahora lo detallo mejor apesta a alcohol, mis ojos recorren la oficina todo está destruido.

-Si.

-¿Por qué? - preguntó - ¿Por qué se fue?

-Antoni está como loco buscándola, prefirió huir antes de quedarse a mi lado.

LA CORRECTA (Alex Morgan)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora