PRÓLOGO

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Smalltown, Condado de Wiltshire 1860.

Phoebe se enjugó las lágrimas, acarició una vez más el nombre del destinatario, suspiró y tras mirar el remitente abrió la carta dirigida a su padre, el cual había fallecido hacía nueve meses. La misiva era de lady Carrintong, una prima lejana de su padre con la que este se carteaba de vez en cuando y la cual desconocía las tristes noticias. Phoebe se dio cuenta de lo desconsiderada que había sido al no notificar a lady Carrington del fallecimiento de su padre, pero fue todo tan repentino, tan doloroso y difícil de aceptar que ni se le pasó por la cabeza escribir a la vizcondesa, así que tras leer la carta, y sin perder más tiempo, escribió la dolorosa misiva que debería haber mandado meses atrás, sin imaginarse, ni por un momento, que aquellas palabras que estaba plasmando sobre el papel provocarían que pronto recibiera una visita que cambiaría su vida, algo que ocurrió tan solo unos días después.

Phoebe estaba en la salita intentando leer, para distraer su mente de los tristes pensamientos que seguían apoderándose de ella, cuando escuchó lo que le pareció el sonido de un carruaje, algo poco común por las calles de Smalltown, así que movida por la curiosidad cerro el libro y se levantó a mirar por la ventana. En efecto, se trataba de un carruaje, un elegante carruaje que, para asombro de Phoebe, se detuvo delante de su casa.

-¡Oh Dios mío! ¡No puede ser! -exclamó Phoebe al ver que una dama, con el vestido más elegante y colorido que había visto nunca, bajaba del carruaje, ayudada por el cochero-. ¡Señora Parry! ¡Señora Parry, rápido! -chilló mientras se atusaba nerviosa el cabello y pasaba las manos por el vestido intentando alisar las arrugas.

-¿Qué ocurre niña? ¿Está bien? ¿Qué son esos gritos? -preguntó la señora Parry mientras se secaba las manos en el delantal.

-La vizcondesa está aquí.

-¿Cómo que la vizcondesa está aquí? ¿Qué vizcondesa? ¿Está segura?

-Lady Carrington, la prima de mi padre. Sin duda debe de ser ella, yo no la recuerdo, pero esa dama no puede ser otra que lady Carrington.

-¡Por todo los Santos! ¡Una vizcondesa y no tengo nada preparado! Esto es un desastre. Tengo que sacar el juego de té bueno, mandar a Lily a la tienda del señor Johnson. ¡Lily! ¡Lily! -iba diciendo la señora Parry nerviosa mientras andaba de un lado a otro retorciéndose las manos.

-¡Oh, ya está aquí! Voy a abrir la puerta -dijo Phoebe al escuchar la aldaba.

-¡No! Yo abriré la puerta, quédese aquí, ¿que pensara de nosotros si abre la puerta usted en vez del servicio? ¿Llevo bien la cofia?

-Tiene razón, señora Parry es mejor que abra usted. Dese prisa, no la haga esperar.

-¡Oh querida! Aún no puedo creerme lo sucedido, qué desgracia, era tan joven. ¿Cómo estás? ¿Por qué no me avisaste antes?. Pensar que has estado aquí tan sola todos estos meses -dijo acelerada lady Carrintong nada más irrumpir en la sala mientras se acercaba a abrazar a una Phoebe que no sabía cómo reaccionar.

-Siento mucho haber tardado tanto en avisarla, sé que he sido muy desconsiderada y mi comportamiento no tiene excusa, pero apenas ahora comienzo a ser yo misma y a aceptar lo sucedido. Pero por favor tome asiento y déjeme que le ofrezca un té, debe estar usted agotada tras un viaje tan largo. No debería usted haberse molestado.

-Tonterías, querida. Por supuesto que debía venir, no pensarás que iba a permitir que siguieras aquí sola. He venido a buscarte para que te vengas a vivir conmigo a Londres -soltó a bocajarro dejando a Phoebe con la boca abierta.

-¿Có...? ¿Cómo qué a buscarme para qué me vaya con usted a Londres? Yo no puedo irme, este es mi hogar. No puedo abandonar esta casa, además ¿qué iba a hacer yo en Londres?

ARRIESGARSE A AMAR  ( Borrador Sin Corregir)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora