Revelado

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Mientras Artemisa escuchaba como una a una de las cazadoras se negaban a hablar ante el consejo alegando que era vergonzoso que se dudara de la lealtad de su señora las lágrimas caían por su mejilla, una de las cosas que siempre le había gustado de sus chicas era que tenían una lealtad una para la otra que finalmente estaba alcanzando su punto más alto. Todas y Percy habían jurado no hablar sobre dicho incidente. En su mente la imagen de Percy en el jardín de Hestia era un dolor de cabeza, sabía que él había mantenido su palabra y todo esto se había desencadenado por su propio descuido y por el maldito de Dionisio, ya tendría su momento de vengarse de él.

—Padre, esto es inútil, se niegan a hablar —dijo Atenea mientras miraba con aburrimiento como las cazadoras incluida Thalia formaban un muro entre su señora y el consejo. Afortunadamente Percy no tenía que participar de esto sino sería el doble de difícil.

—Te lo dije, ellas no tienen nada que ver —respondió Artemisa rápidamente asintiendo hacia sus cazadoras.

—Cazadoras, sepan que si guardan silencio es peor para Artemisa, perderá la caza de manera permanente —dijo con seriedad Zeus haciendo tronar su rayo en medio de la sala. Detestaba hacerle esto a ella, pero no podía simplemente ignorar esto.

—No pueden hacer, es injusto para todo lo que Artemisa ha hecho junto con la caza —salió al frente Phoebe, pero fue detenida a la mitad del camino por la mano de Thalia, no quería que su padre se enfadara por la forma en como ella reclamaba.

—Solo necesitamos saber que paso allí —intervino Apolo y Artemisa le dio una mirada de disgusto.

—Mi señora —susurraron las cazadoras mientras ella se mantenía erguida ante el consejo.

—Padre esto es innecesario —la voz de Artemisa era urgente y Zeus lo sabía, pero debía llegar hasta el final, no podía permitirse dejar cabos sueltos o temas con cierta suspicacia que luego se volvieran contra el olimpo. —Te lo ruego —Zeus negó rápidamente.

—No puedo dejar pasar esto Artemisa, es tu decisión, simplemente podemos saltarnos tu versión de la historia y juzgar lo que si sabemos que paso —la mirada de Artemisa se volvió sombría.

—Ellas no necesitan estar aquí —sentenció la diosa de la caza y Zeus asintió mientras le daba una mirada y Thalia desaparecía llevándoselas de la sala.

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No era sencillo para ella, para nada sencillo poder siquiera recordar, le había tomado semanas enteras en vela tratar de borrar los recuerdos y todo el poder que tuvo que usar para poder ayudar a sus cazadoras y evitar que se quebraran, para Artemisa ellas eran lo más importante, en el pasado había perdido a Zoe y a Bianca, su memoria y el dolor que había sentido por perderlas aún le acompañaban, pero sin duda lo que tuvo que pasar con sus cazadoras para poder vencer sobre Orión, Oto y Perses había traspasado los límites y casi había tenido que pasar el resto de sus días con el recuerdo de perderlas en condiciones deplorables, no quería eso y no lo iba a permitir aunque tuviera que vivir el resto de su vida inmortal en las profundidades de la oscuridad del tártaro para evitarlo.

En el fragor de la batalla todo parecía estar yendo como lo planeaba, pero no contaba con que el enemigo quería ir directamente contra la caza e inhabilitarla a toda costa, no lo supo hasta que era un poco tarde que estaban siendo atraídas a un trampa mortal, no pudo oler el peligro ni identificar los engaños con los que habían sido alejadas del campo de batalla por gigantes que se presumía huían derrotados. Todas gritaban que debían perseguirlos y acabar con ellos, pero lo que no esperaban era que en las profundidades el bosque estaba Perses esperando por Artemisa, la quería, la deseaba de manera asquerosamente obsesiva y toda esta trampa era para poder poseerla a toda costa, sin importar el precio.

Algunas cosas toman tiempoWhere stories live. Discover now