Lecciones

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N/A: Lo siento, no pude resistirme. 

Doloroso, así había sido su encuentro con Katie, hubo de todo, violencia, sangre, dolor, lágrimas, reproches y por último rechazo. Fue tanto que no estaba preparado para poder asimilarlo todo aún. Se sentía abrumado y casi no podía mover la mandíbula, luego de verla a los ojos supo que no debía huir, de poder, podía, pero iba a ser peor a la larga, por lo que simplemente se entregó a la enredadera y elevó una vaga oración a Percy para que recogiera sus cenizas porque estaba seguro que Katie sería capaz de borrarlo del mundo.

Ella se acercó lentamente mientras remangaba las mangas de la camisa que llevaba puesto, dioses Travis sentía que la amaba más que nunca, pero duró poco porque sintió tierra golpeando su cara cuando Katie pateaba el sueño con violencia, quería sonreír, pero sabía que eso solo le traería más problemas. Ella por su parte estaba rezumando rabia contenida, se le había escapado de la casa de Sally y fue donde tuvo que contarle porque Travis escaparía de ella, sonrió al saber que sería Sally quien se encargaría de Percy, después de todo ahora era un dios, solo su madre podría con él.

—Ni siquiera pienses en sonreír —fueron las palabras con lo que empezó la masacre. No tuvo tiempo de responder, pero sonrió. Eso fue todo.

Las cosas no estaban del todo claras para Travis que sintió como el primer golpe llegaba a su mandíbula como si llevara la maldad de todo el continente. Trato de reponerse para que su verdugo no se sintiera ofendida de que con un golpe se acababa todo. En medio de todo eso escuchaba la voz furiosa de Katie que le decía "¡Cómo te atreves a escapar de mí!" y eso sí que le dolía más que los golpes que estaba recibiendo, temía que en cualquier momento lo apuñalara, pero no estaba en los planes de Katie llegar a tanto.

—Lo siento —no había lo siento con el que Katie se detuviera, ella estaba metida en su papel de verdugo tan bien que no se percató que sus nudillos habían reventado y estaba sangrando junto con Travis.

Apretó más las enredaderas para mantenerlo en control y dejó de golpear su rostro para concentrarse en su estómago y pecho, claramente pudo sentir que todo el entrenamiento había dado sus frutos porque podía sentir la resistencia de sus golpes. Uno a uno los golpes se fueron volviendo más débiles y Travis empezó a respirar un poco mejor y aún no podía borrar esa sonrisa de su rostro que lo que producía era más rabia en la hija de Deméter. De solo pensar en la diosa sabía que posiblemente también tendría que hacerse cargo de su ira.

—Lo siento Kat... —Travis estaba dispuesto a llegar hasta el final, pero para este momento ella casi estaba sobre él y perdiendo las fuerzas de tanto deshago que había tirado contra él.

—Deja de llamarme así, no tienes derecho —el susurró amargo de sus palabras fue doloroso, se sentía como un final anticipado.

Katie recobró su compostura porque por un momento había dejado de golpearlo para ver cómo iba quedando y volvió a la carga. Sus golpes ya no buscaban lastimar, solo quería que sintiera toda su furia. Agradecía en su interior a Atenea que le había dado el dato de los siguientes movimientos de Travis. La voz de Travis no había cambiado, seguía teñida de ese amor noble que recordaba antes de irse. Tal vez eso hizo que no llevara a cabo todo lo que tenía en mente.

—Te extrañe tanto —Travis lloraba, solo que no se notaba porque estaba tenido de moretones y sangre. Pero había soñado con este momento, en su mente era un poco diferente, pero era con ella.

—Mientes —le respondía sin siquiera atreverse a mirarlo porque sabía que verlo lastimado le iba a doler a ella también.

—No hubo un día en que no deseara estar a tu lado —trato de acurrucarse en su cuello descaradamente, pero ella rápidamente lo arrojó lejos de ella. Decidió que había sido suficiente. Se giro para mirarlo a los ojos.

Algunas cosas toman tiempoWhere stories live. Discover now