Perseguido

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N/A: El capitulo más largo hasta la fecha, las cosas solo van a mejorar.

Estaba harta, harta de una semana de sufrimiento y humillación. Lo que Percy había hecho con su caza en complicidad con Afrodita de ridiculizarlas como su fueran las criadas de Percy, la forma en como lo había disfrutado y como había osado en hacerla dormir en un sofá mientras el usaba la cama que le correspondía a ella fue sin duda denigrante. Se había propuesto vengarse de esta locura que Percy había llevado a cabo y cumpliría su promesa de no dañar a nadie más que a Percy por lo que había hecho. Luego arreglaría cuentas con Afrodita.

Le había seguido durante varios kilómetros a donde quiera que se dirigiera, también uso varias veces la transportación y por medio de un truco podía averiguar hacía donde había hecho el salto. No podía negar que Percy intentaba cubrir sus huellas donde quiera que iba. Se movía con rapidez y con sigilo, pero ella era la diosa de la caza y ninguna presa podría escapar al final.

Finalmente dio con el paradero final de Percy se encontraban en un bosque espeso y extraño para ella, el olor fuerte y antiguo de pinos eran embriagador, pero al ver que Percy no se movía del lugar sino que avanzaba con tranquilidad fue en busca de la caza y las transportó hacia donde estaba Percy, lo siguieron con cuidado y tomando una gran distancia hasta que llegaron cerca a un claro donde estaba Travis y un niño, el niño estaba entrenando mientras Travis le arrojaba cosas y este esquivaba los obstáculos pero no podía dar con sus flechas en las dianas. Sus cazadoras y ellas no pudieron evitar murmurar: niño inútil.

Siguieron avanzando perdiendo de un poco de vista lo que conversaban, pero podían ver que el niño que estaba entrenando Travis era cercano a ambos. Lo que sea que estuvieran hablando no iba a intervenir hasta que Percy estuviera solo porque si tocaba a Travis estaría rompiendo su juramento. Se maldecía a si misma por aceptar tan a la ligera esa condición. Verlos reírse de las fotos que Percy les estaba enseñando hasta revolcarse en el suelo sin duda hizo estallar en enojo a todas sus cazadoras, no podía hacer nada hasta que ella diera orden, pero todas ya tenían su arcos preparados. Artemisa no podía contenerse y estaba a punto de perder la razón al sentirse tan humillada de que Travis, el niño y Percy se burlaran de ellas.

—Gracias papá —esas palabras retumbaron en su mente Artemisa que hizo que soltara la flecha que tenía en su arco, todo sucedía en cámara lenta en ese momento, podía ver a Thalia abrir los ojos a mas no poder y decir: Nooooooooooooo. Pero en la mente de Artemisa había un pensamiento latente y que estaba explotando en su interior. Muerte. Todas las cazadoras avanzaron a la par de su señora hasta que estaba frente a un Percy que tenía una mirada mortal que bien podría hacer retroceder a todas, pero Artemisa estaba tan encendida que asesinaría al primero que osara siquiera decirle que se detuviera.

Percy estaba en plan protector con el niño que ahora estaba a cubierto detrás de un árbol y con Travis protegiéndolo de cualquiera que se atreviera a avanzar. Le hizo una seña a Phoebe quien dejó su arco para mandar unas instrucciones al grupo de cazadoras que se habían quedado replegadas cerca de Nueva York para que avanzaran hacia la casa de Sally y capturar al muchacho. Percy sabía que esto iba más allá de lo que podría llegar a controlar, pero ganaría tiempo para que Eskol este a salvo. Esta vez no tendría piedad.

Entonces Artemis dio la orden y la lluvia de flecha llovió sobre Percy. No podía importarle menos si alguna de esas flechas lo lastimaba, no iba a parar hasta traer sufrimiento sobre Artemisa y sus cazadoras.

—¡Cómo te atreves a tener un hijo a mis espaldas! —gritó Artemisa mientras chasqueaba sus dedos y sus cuchillos de caza aparecían sus manos, a su lado Thalia con serios remordimientos y dudas sobre la naturaleza del niño que había llamado papa a Percy avanzaba pidiendo a los dioses que no estuvieran firmando su sentencia de muerte. Percy no convoco su espada de kendo esta vez, sino una espada real con un filo mortal que hizo añicos las flechas que llovieron sobre el cuando la blandía para deshacerse de ella.

Algunas cosas toman tiempoWhere stories live. Discover now