Acercamiento

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No podían simplemente negarse a ayudar o ignorar la realidad que le tocaba vivir a Artemisa. La orden había sido del todo clara: nadie debía intervenir en la nueva vida mortal de Artemisa y debía a partir de allí valerse por sí misma en el mundo mortal hasta que Percy Jackson renaciera y el decidiera si había tenido suficiente de ello o debía permanecer el resto de su vida mortal en el exilio. Pero para ellas fue difícil poder seguir esa orden, por lo que decidieron hacer algo al respecto sobre todo con la epidemia global que se había desatado y que estaba trayendo gran mortandad. Tuvieron que cobran un gran favor a Asclepio para poder dar con un inmunizador efectivo para esto, pero también estaban sujetos a no intervenir en el destino de la humanidad.

Apolo se sentía culpable. Primero por no haber hecho nada por el hijo de Percy y segundo por haber metido a Percy en todo esto, tal vez si hubiera dejado que las cosas siguieran un curso natural no tendría que lamentarse de esto, pero quería lo mejor para Artemisa, aunque luego ella demostró que no estaba preparada para ello. Hestia por su parte sentía que todo el tiempo presiono a Artemisa a aceptar este matrimonio y eso había desencadenado que explotara contra Percy y su hijo.

Necesitaban ayudarla y evitar que la enfermedad global la tocara ya era mucho, afortunadamente tenía un lugar donde vivir, Percy había sido más que generoso para darle el apartamento que le dejó. No podían esperar menos de él. Poseidón había renegado diciendo que no merecía nada departe de Percy y reclamo demasiado sobre que debía valerse por sí misma y que si tenía que vivir en las calles que así fuera, hizo falta la intervención de Anfitrite y Atenea para poder hacerlo entrar en razón. De momento era lo mejor que podían hacer por ella ya que según las estimaciones de Asclepio tenía para por lo menos 1 año más en el mejor de los casos.

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Los protocolos eran sumamente tajantes y meticulosos, ningún semidios podía tener contacto con nadie fuera del campamento y del ámbito del mundo de los dioses, ya que al tener una fuerte resistencia podía desencadenar la gestación de nuevas y mejoradas variantes que podían ser traer funestas consecuencias, es por ello que tuvieron que permanecer en el campamento durante todo el tiempo. Los dioses aprovechaban para poder mantener una relación más cercana con sus hijos y poder librarlos de la miseria de estar confinados en el campamento durante todo el tiempo. Los dioses que más hijos tenían sin duda les acarreaba una agenda más prolongada y extensa durante el día para poder atenderlos y tener tiempo para todos ellos, que no era el caso de Poseidón. El solo tenía a Eskol. En su mente seguía pensando en Percy, pero su percepción infinita del tiempo le recordaba que tarde o temprano lo volvería a ver, pero no podía evitar sentirse nostálgico cuando veía a su nieto, porque le recordaba que tal vez nunca podría volver a ver a su padre. Había hablado con el consejo para poder concederle una inmortalidad parcial, pero había sido denegado porque no había ninguna acción o acto valentía que lo ameritara, no podían simplemente restarle el valor a la inmortalidad por simpatía.

En medio de eso Eskol empezó a aceptar las invitaciones de Tritón para pasar tiempo en la Atlántida con para poder familiarizarse y entrenar sus poderes de agua en un espacio seguro y lleno de mucho conocimiento. Tritón sabía que iba a amar la biblioteca de la Atlántida con toda la cantidad de textos antiguos y conocimiento contenido en pilas y pilas de escritos. Sabía que no podía decirlo en voz alta pero la misma Atenea venía de vez en cuando para pedir alguna que otra información. Era motivo de orgullo para ellos.

Cada que lo veía sabía que estaba en sus ojos la venganza, era un fuego que sabía que pronto incendiaría el territorio nórdico en busca de reclamar justicia por la vida de su padre, pero esperaba, no podían atribuirse el mérito por ello, sin duda tendría que dárselo a los padres de Percy el haber cultivado su mente en sus primeros años y a Travis que lo había entrenado tan bien que estaba a la altura de la formación que los príncipes de la Atlántida recibían, pero el biotipo de Eskol hacía que asimilara mucho mejor el ejercicio y la exigencia física. Siempre que Eskol se concentraba en algo no paraba de observalo y darle vueltas con los ojos para poder entenderlo, sólo allí lo soltaba. Esta vez era una caja de accesorios para arqueros que habían llegado de la forja recientemente para la inspección de calidad. Sin duda Eskol no dudo en decir que sí cuando se lo propuso, estaba aquí para poder darle una probada a ello.

Algunas cosas toman tiempoWhere stories live. Discover now