Starchild | Satogou

Prólogo

Bajo la tenue luz de la luna, dos jóvenes se encuentran sentados en un frondoso prado, acariciados por la suave brisa de la noche.

Sobre ellos, un manto estrellado se despliega en el firmamento, donde cada estrella brilla con un resplandor indomable. Estas gemas celestiales parecen susurrarles secretos de amor y complicidad.

Con el corazón palpitando con fuerza, la emoción inunda sus almas mientras contemplan el espectáculo celestial.

Aunque enmudecidos por la timidez, cada latido de sus corazones entrelazados revela la certeza compartida de que el amor habita entre ellos.

Los silencios se vuelven cómplices y las palabras se desvanecen, dejando espacio para los sentimientos que emergen, como destellos fugaces de estrellas fugaces.

En ese momento, un roce casual de sus manos provoca una corriente eléctrica que atraviesa sus cuerpos y despierta una conexión íntima y poderosa.

Sus miradas se encuentran en un instante de puro éxtasis, donde los ojos del uno descubren la luz del otro, como si fueran dos astros en pleno intercambio celestial.

En ese intercambio, se confunden los deseos más profundos, los suspiros entrelazados con promesas y los anhelos que no encuentran palabras.

El fulgor de una estrella fugaz atraviesa el cielo, iluminando sus rostros ruborizados. Las mejillas son el lienzo donde se pinta el arte del amor tímido pero ardiente, pues cada sonrojo revela la pasión contenida en lo más profundo de sus corazones.

Ese instante eterno les recuerda que la vida está llena de momentos mágicos y que el amor, como las estrellas en el firmamento, brilla con fuerza cuando se atreve a deslumbrar.

En ese escenario romántico y elegante, la noche estrellada se convierte en el telón de fondo de un amor sin palabras, donde las manos rozadas y las miradas entrelazadas hablan un idioma propio.

La magia de la noche y el brillo de las estrellas les susurran al oído que, tal vez, el tiempo ha llegado para que ambos se atrevan a decir lo que sus corazones ya saben: que el amor entre ellos brilla como las estrellas más brillantes del universo.

¿Verdad?