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Fue un día extraordinario que no puedo dejar de plasmar en estas páginas

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Fue un día extraordinario que no puedo dejar de plasmar en estas páginas.

Seguí sus pasos con determinación, aferrándome a su mano con la esperanza de no soltarla. Su tacto irradiaba calidez, y cada paso que dábamos generaba una sensación de hormigueo que recorría mi cuerpo. Sorteamos rocas y troncos juntos, aunque él demostraba ser más hábil en el camino.

De repente, se detuvo abruptamente y liberó su mano, lo miré fijamente.

—¿Qué estamos haciendo aquí? ¿Por qué me trajiste? —pregunté con una mirada baja.—Entiendo que no quieras hablar, pero es difícil entenderte así... —al escucharme, él suspiró.

Mientras nos quedamos quietos en el prado, su Pikachu se aproximó a mí con un brillo de felicidad en sus ojos.

De pronto, Satoshi se acercó, tomando mis manos y entrelazando sus dedos con los míos. Su mirada dulce me dejaba intrigado.

—No logro entenderte...— confesé, tratando de desentrañar el enigma que envolvía al chico y su Pikachu.

—No necesitas hacerlo — respondió con una sonrisa, su voz resonando dulce y alegre, como una melodía que se quedó grabada en mi mente.

Justo cuando sentí que el tiempo se detenía en ese momento mágico, un fuerte trueno retumbó en el cielo.

La vibración del sonido se extendió por todo mi ser, como si anunciara la llegada de algo más que una tormenta.

Sentí mis mejillas arder en ese momento, era como una conexión que trascendía más allá de las palabras.

Una tormenta se avecinaba, pero no como una amenaza, sino como un símbolo del despertar de emociones que ni yo mismo comprendo del todo.

Él... ¿Acaba de decirme algo?

 ¿Acaba de decirme algo?

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Starchild | SatogouWhere stories live. Discover now