XI. La Audiencia

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A/N: Muchas gracias por leer, comentar y votar! Este fanfic está cercano a terminar pero en su lugar les traigo otro con dramita y mucho misterio ❤️ No olviden pasar a leer "Fuegoscuro" y comentar y votar. Leo y veo todo y me hace muy feliz recibir su apoyo 😭❤️

Lucerys estaba inusualmente callado y parecía ajeno a lo que estaba sucediendo en el salón del trono. Su mirada estaba perdida en un punto distante entre el trono de hierro y el ventanal trasero y aunque escuchaba las palabras no podía hacer sentido de ellas.

En cuanto había leído ese mensaje fue como si algo dentro de él se quedará estático y sus pensamientos se volvieron como las olas que azotaban los peñascos de Dragonstone. Sabía que Aemond había montado en cólera pues inmediatamente había hecho planes para ir a Driftmark y de ahí directamente regresar a la capital para defender su derecho de sucesión… Y, aunque quizá Lucerys también debía estar enojado, no encontraba en su alma o su corazón esa ira que parecía hacerle hervir la sangre a su esposo, cuya indignación parecía ser la de ambos.

Prácticamente se había dejado llevar por Aemond y ahora estaba ahí, de pie frente a su madre, cuya expresión delataba su incomodidad con la situación.

— Lord Corlys — Rhaenyra se levantó del trono — Usted ya había establecido un sucesor que tomara el control de Driftmark… Y ese fue mi hijo, Lucerys… ¿Quiere darme una explicación que sea un poco más clara que un cuervo a mitad de la noche?

Corlys se mantuvo tan erguido como le era posible. Al regresar de su última expedición, sus heridas de guerra y su salud habían causado una desmejoría notable. Parecía haber envejecido veinte años de golpe.

— Majestad, nunca ha sido mi intención ofenderla —comenzó a decir — Pero soy viejo. El Extraño ha llamado a mi puerta varias veces en estos años y yo he logrado negarle la entrada pero sé que pronto dejará de ser benevolente conmigo… — se llevó una mano al pecho — Mi deseo siempre ha sido ver en el trono de madera a alguien de mi carne y mi sangre… — la frase quedó en el aire y la tensión aumentó visiblemente — Mi apellido, majestad. El nombre de mi casa se perdió con sus herederos.

— Jacaerys sigue siendo un Velaryon — replicó la reina.

— Y yo acordé con su padre que cambiará su apellido a Targaryen una vez que asuma el Trono, Majestad. Y sus hijos serán Targaryen también y así seguirá la dinastía… — Corlys recargó su peso en la pierna más sana, suspirando por la incomodidad — Lucerys es un Targaryen al contraer matrimonio con el príncipe Aemond y todos sus hijos lo son también… Pero mis nietas, Majestad…

— Daemon es su padre, Lord Corlys, ellas también son Targaryen…

— Dejé a Laena usar su apellido — dijo entonces Daemon, de pie junto a Rhaenyra, que no había dicho una palabra hasta el momento — Baela y Rhaena son Velaryon ambas… También en memoria de su madre.

— Mis dos hijos están muertos, Majestad. Mi hermano pelea por un trono que no le corresponde… — lord Corlys se acercó un paso más hacia Rhaenyra — Baela es alfa. Es una excelente jinete de dragón y sabe navegar en barcoluengos, barcazas y navíos… conoce Driftmark de arriba abajo. Ella continuaría con el legado de nuestra casa…

La reina lo sopesó por unos instantes. Su mirada, fija en Corlys, se desvió entonces hacía su hijo. Lucerys, mudo y quieto como estatua, parecía inmutable… a diferencia de su esposo. Aemond parecía listo para cortarle la cabeza al lord de Driftmark en cualquier momento.

— Sabe usted, lord Corlys, que soy y siempre seré la primera en solicitar que los derechos de sucesión se respeten según lo acordado por los jefes de cada casa — dijo finalmente — Y aunque usted me había hecho ya una promesa… No es a mí a quien afecta directamente… Lucerys.

La sangre del dragónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora