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Barcelona, España, 7-8-2021

La idea de levantarme me entusiasmaba cada día menos, mis días eran igual de tristes que mi vida. Lo que llevabamos de aquel año había sido lo peor, eso por no hablar del anterior. Cada día era peor que el anterior, me sentía obligada a vivir por lo poco de alegría que me quedaba. Esa alegría era Aymeric, un rayito de luz en la oscuridad que había en mi vida, él era mi mejor amigo y siempre fue ese hermano mayor que nunca tuve. Le conocí hacia ya muchos años, yo rondaría los 6 o 7 y le vi por primera vez en una cena de negocios de nuestros padres los cuales eran muy buenos amigos y socios. Desde entonces el mayor de los Laporte y yo somos como hermanos.

—Por favor Aymeric, tener cuidado es una chica demasiado frágil.
Escuche esas palabras dichas por una voz la cual parecía de mi padre mientras buscaba mis zapatillas, no tenía ni idea de que él se encontraba en casa.

Caminé con pasos relajados hacia la cocina y una vez alli saludé:
—Buenos días.— Capté la atención de ambos ya que guardaron silencio y me observaron —¿Qué te trae por aquí Aymeric?

—Pues venía a ver que tal estaba mi mejor amiga y esas cosas- reí mirándolo y me senté en la silla de al lado.— Bueno, también estaba aquí por que necesitaba hablar contigo y con tu padre.

—¿Ha pasado algo?

—No tranquila, lo único es que no sé si estás al tanto pero dentro de unos días comienza la temporada de nuevo y yo me voy a volver a Inglaterra —le miré confundida, claro que sabía todo aquello.— Bueno pues Andrés y yo hemos hablado, y tanto él que es tu padre como yo creemos que lo mejor para ti es que vengas conmigo.

—¿Qué?

—Olivia cariño, Carla también va a estar, a demás quedarte aquí solo te va a recordar día a día lo que pasó.

-—Si, y va a ser todo perfecto, las dos tendreis vuestro piso, puedes terminar la carrera allí y depués incluso hacer las prácticas en el club, tu padre y yo también nos hemos encargado de buscar allí una buena psicóloga.— Laporte hablaba. Sabía que todo era cosa suya, que a mi padre le daba igual donde estuviera con tal de que no arruinara sus negocios.

—Vale, pero te juro que como algo salga mal...
No me dejó terminar la frase ya que me abrazo por el cuello y yo sonreí.

Trás aquello el chico me explicó lo bien que nos iba a ir y lo muy bien que iba a vivir. También dijo que hiciera la maleta con las cosas que viera necesarias para irme a vivir fuera un año.
(...)

Aeropuerto de Barcelona, 10-8-2021

— Hija, espero que sea una experiencia única en tu vida, estás en muy buenas manos.

Después de las despedidas, o más bien despedida unicamente con mi padre empezamos a pasar los controles del aeropuerto y demás. Nuestros asientos estaban practicamente al fondo y era uno al lado del otro.

—¿Nerviosa?

—Supongo que sí— sonreí apoyando mi cabeza en el hombro de Aymeric. —muchas gracias por esto.—

—Sabes que no tienes que darlas, nunca. Haría cualquier cosa por verte feliz enana.
Sabía perfectamente lo mucho que él había sufrido por mí. Admiraba muchísimo a aquel chico, era increible lo mucho que hacía por mí sin ser apenas nada mío, creo que en ese momento era de las unicas personas que en ese momento se interesaba de verdad por mí.

(...)

Tras casì tres horas de vuelo por fin aterrizabamos en manchester. No tenía ningun problema con montar en avión, al contrario, para mí era una sensación de tranquilidad increible.

—Hemos llegado, pensé que dormirias durante el vuelo.

Simplente me encogí de hombros, en vez de dormir aproveché el vuelo para pensar. Según Aymeric esto me vendría bien pero tenía miedo, muchisimo miedo. Miedo de no encajar, de no ser bienvenida y sobretodo miedo de mi misma. Uno de esos que te acompaña desde niña y se te queda en el cuerpo, y con ello no me refiero a que estara asustada de mi por poder hacerle daño a alguien, todo lo contrario estaba asustada de que alguien me lo hiciera a mi o simplemente de hacerlo yo misma.

—hey— El moreno me miro levantandose. —Anda vamos, no pienses tanto y en marcha, vamos a comernos Manchester Oli.

Después de coger las maletas y dar muchisimas vueltas en el aeropuerto fuimos capaces de salir al parking. Laporte me dijo que fuera estaría su hermana esperandonos.
Carla, la pequeña de los Laporte al igual que él era un ángel caido del cielo y que por suerte el destino le puso en mi vida. Ella al contrario que el mayor era rubia y tenía los ojos más oscuros que él.

Nos conocimos un tiempo después de que yo empezara a ser amiga de su hermano, estabamos en el tercer curso de la ESO cuando mi padre me dijo que estaría en clase con la hermana de Aymeric.

Fui caminando detrás de él hasta llegar al coche de su hermana, la rubia nada más vernos se acercó para ayudarnos con el equipaje y llevarlo hacía su coche.

—¿Dónde está la niña más bonita de Barcelona, y ahora de Manchester?

—No sé. buscala.

—Dios mío Olivia que tonta eres cuando quieres— Nos abrazamos y mientras montabamos en el coche; yo de copiloto y el mayor atrás, Carla me decía lo mucho que me echaba de menos sabiendo que nos habíamos visto como mucho hacía un mes. —El piso es perfecto y además pilla al lado del de este asi que en caso de que pase algo le tenemos a unos metros.
No sabía por que pero aquello parecía que me empezaba a gustar, todo eso sonaba bien. Sonaba mejor de lo que me podía imaginar.

Mía Donde viven las historias. Descúbrelo ahora