18. Lección aprendida y un futuro incierto.

53.7K 1.9K 279
                                    

Capítulo 18. Lección aprendida y un futuro incierto.

Capítulo largoooo. ¡Espero que les guste!

No sé que habrá sido lo más incómodo de toda la situación que tuve que vivir en el baño: que Josh me recogiera el cabello para que no lo ensuciara acariciándome el rostro con una de sus manos sucias a coito -que me provocó otra arcada- o que mi hermana se quedara ahí tapada con la sabana bufando mientras que nos miraba expectante e iracunda. Sinceramente la única que debería estar bufando de incredibilidad era yo, pero lo único que atinaba a hacer era vomitar y vomitar hasta llegar a un punto que podría desmayarme por todo el líquido que perdía.

Luego de una larga hora, finalmente ya no quedaba nada, tocaba mi estómago recostada contra el escusado queriendo percibir si algo quedaba ahí porque tenía miedo de quedarme sin fluidos o algo- ignorando a los susodichos que me miraban queriendo explicarse, pero sin decir una palabra ¿Por qué en las situaciones más difíciles debemos callar? Quería decir algo pero ¿qué decir cuando encuentras a dos personas que consideras tu familia teniendo sexo como animales en celo? Uno no está preparado para ese tipo de discurso, creo que uno jamás está preparado para encontrarse en ese tipo de situaciones que encuentras imposibles, pero que claramente son posibles.

Estuve a punto de hablar, pero alguien habló primero, lo increíble del caso es que no fue ni Josh ni Rachel, sino Katia que entró al baño curiosa y se quedó pasmada unos segundos ahí para luego poner un gesto de repulsión al verme tan machacada.

-¿Y a ti qué te pasa? ¿Qué haces tirada ahí en el suelo como vagabundo?

-Estuvo vomitando. -le cuenta Josh tendiéndome un pedazo de papel higiénico para poder limpiar mis labios.

-¿Comiste algo en mal estado o viste algo que te desagradó? -pregunta perspicaz. Entre los tres nos mandamos miradas de puro pánico: yo queriendo contarle todo lo que hacían sin importarme que su hijo esté involucrado y ellos dos desesperados para que su secreto se mantuviera a salvo.

Abro mi boca para contar, pero soy cruelmente interrumpida nuevamente. -Solo comió algo en mal estado por culpa del chef. -sonríe mi hermana nerviosa.

La mujer frunce el ceño, dubitativa de lo que escucha. Nuestro chef francés Paolo es uno de los mejores de su país, lleva trabajando con nosotros más de dos años; es imposible que sus comidas me provoquen vómito, lo peor que me puedan llegar a provocar son unos kilos de más por las exquisiteces que me hace siempre.

Pensando que no nos creería nada y nos exigiría respuestas, la oigo gruñir en desaprobación y chillar para salir dando un portazo a mi puerta, para que luego, por toda la casa se escuche su resonante voz: - ¡Paolo, está malditamente despedido porque no dejaré que me envenenes! ¿!Me escuchaste!? ¡Devuélvete a tu maldito país donde pertenece tu trasero de pacotilla y tus...!

Y luego de eso ya no la escuchamos más, solo nuestros suspiros de alivio para que después todo el ambiente se convierta en uno más tenso por culpa de nuestras miradas intercaladas. -April, podemos explicarlo. -comienza Josh provocando que mi hermana vire los ojos.

Viro los ojos imitándola. No necesito sus explicaciones ¿Qué otra explicación puede existir aparte de la de ellos dos teniendo sexo por necesidad, lujuria y pecado?

-Nosotros no queríamos que te enteraras así porque...-

Le interrumpo carraspeando antes de que termine su frase. -¿Es que acaso están en una relación? -no puedo evitar mi tono de impresión y disgusto.

La respuesta no llega como pensaba, ambos se miran y explotan en carcajadas, hasta, mi hermana se alejó unos centímetros de él asqueada aunque eso no tiene mucho sentido. - ¡No! Cómo se te ocurre que podría estar con algo como él. -hace un gesto de asco y Josh chilla en desacuerdo.

Soy virgen ¿y tú?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora