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Terminaba la pelea con Yuki, ella se acercó a tenderle la mano, tomándolo como un igual en ese momento. Varios de los alumnos que pudieron presenciar la batalla ya habían sido devueltos a sus clases de forma obligatoria a mitad de su encuentro amistoso, dejándolos solos a ellos 2, Gojo y una chica que Yuki le presentó como Utahime, siendo ella a quien el viejo estaba esperando para su instrucción.

— ¿Fuiste capaz de presenciar bastante, no Utahime? — Yuki preguntó. La mujer contraria estaba de brazos cruzados, su expresión era neutra, como si guardara algo. Asintiendo de mala gana. — Bueno, te confío a este hombre en tus manos, espero sepas darle a entender su trabajo. — Golpeando a Toji por la espalda hizo que viera un paso al frente, encontrándose cara a cara con Utahime.

Está, no reaccionó muy bien a eso, sacando todo lo que tenía dentro de ella y en cuestión de segundos su puño cerrado se estrelló contra el rostro de Toji.

— Mirá, maldito asesino. Estaré obligada a asesorarte ya que muchos decidieron que eres útil, pero yo no perdono fácilmente. Mucha suerte ganando mi respetó y el de varios. Por tu culpa una niña murió y por tu culpa, un evento importante fue destruido. — Con veneno le escupió al hombre mayor, haciendo un esfuerzo sobrehumano en ignorar el dolor de su mano. — Tienes una cara muy dura, mal nacido. — Hasta que tuvo que acariciar su mano en busca de apaciguar el dolor.

— Y dime, ¿Qué te importa más? ¿Que matará a una niña o que impidiera que Tengen tomará el cuerpo de la niña? — Sin expresión alguna le respondió.

— ¡Eres un perro cínico! — Alzó la voz, fue allí cuando Gojo intervino.

— Ignorara. Utahime está muy pendejita. ¿No recuerdas que fue el propio Tengen quien sugirió a Toji como nuestro compañero? — La expresión que Toji tomó cuando escucho eso solo podía ser definida como un poema. No cabía en el asombro de una posibilidad como esa. Gojo lo noto. — ¿Qué te impresiona? Pensé que lo había dicho.

— ¡Claro que no me habías dicho algo como eso! ¡Yo pensaba que era una locura de tu clan! ¿Cómo voy a crear algo así si me contestaron para evitar que él se fortaleciera?

— ¡Cómo sea! ¡Me niego a creer algo como eso! — Bufó. — Bien, estoy en la obligación así que ven antes de que me arrepienta y renuncie. — Reclamó. Ninguno se dió más que obedecer.

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Mirando su teléfono, el nombre de un viejo conocido se hizo dueño de su atención, "Shui Kon" un simple mensaje que decía "estás ya en el infierno? De lo contrario, existe algo que tengo que hacerte saber" haciéndolo sonreír. Vaya, pensó que se había olvidado de él. Es bastante curioso recibir este mensaje, haciéndolo pensar bastante en el propósito.

Apenas había pasado un mes rodeado de mocosos y ya se sentía aburrido de imaginarse en esa rutina. Bando la misma clase todos los años. Lo único interesante era probar a esos mocosos de todas las formas posibles. Ya todos eran capaces de pelear a base de su energía maldita. Solo les faltaba disciplina y una mejor asesoría.

Toji nunca se encontró así mismo en la imagen de un profesor explicando sobre estrategias frente a un pizarrón, eso sí lo tenía que decir. Sorprende que le salga tan bien en la práctica, aunque siempre se tomó la molestia de analizar a su enemigo, buscar su punto débil y luego atacar de forma bruscamente rápida. Compartirlo como conocimiento era peculiar.

Extrañamente también satisfecho por ver cómo ya 3 alumnos iban en mejoría.

Ese día ya había terminado así que al tener ese salón solo suspiro. Aflojando la corbata en su cuello. Apenas le pagarán buscaría comprar su propia ropa, la que dió Gojo era muy formal, haciéndole sentir incómodo por momentos.

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