4

1.2K 161 4
                                    

El sonido de unos pasos seguidos de un fuerte golpe en su prisión fue lo suficientemente escandaloso para despertar a Toji de su plácido sueño. Ya estaba acostumbrado a dormir hasta en las piedras, el piso de ese lugar no sería diferente.

- Te traje la cena. - Otra vez Gojo. A diferencia de otras veces está vez solo le acepto el plato sin tener ánimos de responder de forma genuina. Solo se mantuvo inexpresivo y comió sin importarle tener a Satoru enfrente. - ¿Has pensado en lo que te dije? Porque ya tengo aceptación de varios. - Dejando de comer Toji arqueo una ceja tragando rápido lo que tenía en la boca, casi sin palabras.

- ¿Lograste que me quisieran dar una segunda oportunidad? ¿Cómo es eso? - Era tan increíble que solo pudo responder burlándose, a lo que Gojo solo ensanchó más su sonrisa.

- Pues digamos a pocos les conviene decirme que no. Pero, por sobre eso, necesito tu confirmación. ¿Estás dispuesto a ayudarme en mis ideales? ¿Aceptas volver a la brujería pero como mi aliado lejos de los Zennit? - A lo dicho el contrario no hallaba respuesta alguna. Solo hizo un sonido similar a un quejido por unos segundos. Hasta que tuvo que responder.

- No te negaré que lo he pensado. Aunque la verdad apenas tengo interés en querer volver por cuenta propia.

- Puedo entenderlo. Ni pagando el mejor psicólogo pudieras resolver esos problemas, solo tú lo puedes hacer. - Si las mirabas matarían  Gojo estaría muerto ahora.

- No me hagas querer golpearte.

- Bien, bien. Entiendo. - Río. - Volviendo. ¿Aceptas mi propuesta? ¿O prefieres esperar a que una infección aquí te mate?

- Lo segundo no suena tan mal. Imaginemos que acepto, ¿Que tengo que hacer?

- Primero, tendrías que estar a mi lado casi todo el tiempo. Cómo fue mi idea, tengo que custodiarte por más que no sea de mi agrado.

- Genial, ahora me van a denigrar a un perro faldero. - Ni lo dejo terminar para quejarse.

- No del todo. Lo segundo es aceptar un puesto de maestro en una de las academias de hechicería. Serías una figura de admirar por tu convicción ¿Sabes? - Toji hizo una mueca imaginándose en esa situación. Dios, sería un infierno.

- No tengo mucho interés.

- ¿Seguro? Es una lastima entonces, dejar que las malas enseñanzas de tu clan te lleven a una muerte deshonrosa y desagradable, sin tu poder esforzarte para nada en hacer algo, ni por tu vida ni por los demás. Pero si es lo que quieres.

Cómo manipular a alguien de forma satisfactoria en pocas palabras: Darle en el ego. Aunque Toji supiera sus intenciones, porque no era estúpido para no darse cuenta, esas insinuaciones fueron lo suficientemente fuertes y personales para que las tomara de motivación. No dejarse pisotear por nadie, la misma razón del porque escapó de allí.

— Me encanta como sabes manipular bajo esa cara de inocente. Bueno. Si me lo pones así, creo que tengo que aceptar. - Extendiendo su mano al albino, apretaron sus manos para cerrar el trato.

- Me alegra que nos podamos entender. Pero recuerda que si lo que buscas es venganza, no te la dejaré tan fácil.

- Si entiendo. Quieres mi fuerza en tu ideal de cambio. Ya entendí. Sé lo que me conviene. - Mutuamente intercambian unos gestos sonriendo el uno al otro.

- Como digas. Mañana por la mañana te van a liberal si todo sale bien ya tengo que arreglar unas cosas.

- Te tendré confianza. Pero más te vale cumplir.

- Se lo que me conviene. - Repitió sus palabras antes de irse. Gojo tenía que admitir que le encantaba su valor para amenazar aún encadenado.

----

Dicho y hecho. Al cumplir la fecha pactada Geto junto a otros 2 chamanes a modo de guardaespaldas fueron los responsables de escoltar a Toji para sacarle de su prisión.

Los ojos de Geto no dejaban de analizar al hombre frente a él con varias dudas en mente. ¿Por qué Gojo quería confíar tanto en él?  Tendría que preguntarle de qué tanto han hablado ellos 2.

Desde el momento de verse Toji no le dirigió palabra alguna, se mantuvo serio al borde de lo despectivo. Entendía a qué iban por lo que no emitió alguna objeción. Solo los acompañó en silencio.

Geto confiada en Satoru pero... Sus propios pensamientos eran un tornado errático. ¿Era realmente una bendición tener o no tener energía maldita? ¿Era o no buena idea querer jugar al mesías y reformar a una cucaracha de este calibre? Desde su pelea lo pensaba.

- Gracias por traerme. Aunque la compañía no era necesaria. - Mirando fuera del lugar, entendía que esa debía tratarse de la casa de Satoru. Cuando dijo que tendrían que quedarse juntos porque lo iba a custodiar, ya se venía haciendo la idea de estar al grado de mudarse.

- Ellos solo vinieron para poder informar más correctamente de tu llegada con Gojo. El ya se encargó de todo lo demás. Considerare con mucha suerte. - Manteniendo una expresión calma le dejo saber. Por un momento sus miradas se encontraron en un choque bastante tensó. Tomando Geto la iniciativa para abrir la puerta donde Gojo los esperaba.

- Justo a tiempo. - El albino los residió sonriente. Sujetando a Toji del brazo para llevarlo con él. - Empecemos con lo primero, en aquella dirección está un baño, bate una buena bucha fría que la higiene en una prisión para maldiciones no es la mejor. De paso, logré conseguir bastante ropa nueva de tu talla.

- ¿Ropa? ¿Y cómo sabes mi talla? - aunque igual lo tenía que agradecer, pero el hecho de que se tomará ese atrevimiento lo dejó impresionado.

- Eres solo unos centímetros más alto que yo, pero con mucho más músculo… Y pecho por lo que logro ver. — Bajando los lentes oscuros que traía puestos dijo, no coqueteaba, si no que se burlaba. — No me fue difícil hacerme una idea.

- En otras palabras, busco ropa que le quedara 3 o 4 tallas más grande. - Geto mencionó. Satoru por su parte solo se encogió de hombros antes de aplaudir de forma que sonara fuerte para tener la atención.

- Bien. En serio ve a bañarte que hueles muy feo. De paso, gracias por esto amigo. ¿Algo más? Ya que Toji tendrá un cargo de maestro, tendremos que irle dando indicaciones. ¿Está tarde en la academia, no? - El contrario asintió. Dejando a su amigo y su invitado solos tranquilamente, aunque no sin antes clavar una fría mirada en toda la situación. Suspirando a la espera de cómo termine, para Gojo o para él mismo.

-----

Consideré mucho si dejar a  Riko viva o no, pero viendo como está el quilombo en el manga, y que la muerte de esa chica es un detonante en este, preferí dejarla muerta. (Bueno, Toji es todo un detonante de toda la situación en sí) Si voy a dejar a Toji vivo quiero apegarme lo más posible al hilo canónico de la historia, y de paso ponerle un par de cosas difíciles ¿Por qué no?.

No, no pienso adaptar todo el manga en este fic. A lo mucho haré unos extras cuando termine el arco actual. (Aunque viendo como está, también prefiero dejar unas cositas a la imaginación)

Acompáñame.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora