capítulo 11.

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Estaba subiendo las escaleras con Lautaro, mis piernas flaqueaban un poco pero agarrándome de la barandilla disimulaba un poco.

Le pedí que no malpiense mi propuesta de subir los dos solos, era porque no quería venir sola y caerme o algo del pedo que tenía, cualquiera mi excusa pero él no cuestionó nada, me acompañó.

Entré al baño y se quedó afuera esperándome.

Apenas me apoyé en el lavabo sentí unas nauseas asquerosas, me dieron arcadas silenciosas pero no pasó más que eso.

Hice mis necesidades y me lavé las manos, me acomodé un poco mejor el pelo y mientras estaba haciendo eso, escuché algo en la puerta.

-¿Quién está en el baño Lauta?- le pregunta Enzo desde afuera.

-Ari- le dijo Lautaro.

-Ahh- dijo Enzo- che me mandó el Nico a buscarte porque dice que tiene su campera en tu auto y la quiere agarrar.

-Decile que ahora bajo, que me espere- le dice Lauta.

-Si es por Ari tranqui, yo me quedo esperándola, vos bajá tranquilo- le dice Enzo.

No pude evitar taparme la boca y reírme en silencio, es un wacho de mierda, las piensa todas.

-Bueno, ya vuelvo igual- dice Lautaro, se escuchó como los pasos de él se fueron alejando.

Respiré hondo y tragué saliva.

Fue ahí que abrí la puerta, y me encontré con Enzo apoyándose en la pared mientras me esperaba.

-¿Me vas a seguir evitando Ariana?- me dijo serio.

-No me digas Ariana- le reproché.

Cerré la puerta de mi baño y me estaba por ir.

-Pero vení boluda- me reclama Enzo frustrado separándose de la pared- dejame explicarte.

-¿Explicarme qué?- le pregunté girándome para mirarlo.

-No te hagas, ya sabes lo que quiero hablar- me dijo.

Entonces me agarró de la muñeca suave sin apretarme y me atrajo un poco hasta él para no hablar gritando.

-Yo subí a esperarte a vos hoy- habló- te hice seña a vos, no sé que flasheó Julieta.

-¿Ah y por eso te la comiste, no?- le pregunté dejando mostrar mi enojo.

-Te esperé a vos y te juro que ella no se iba, me seguía rompiendo las pelotas y vos no subías todavía no sabía que hacer- me dijo con frustración- estaba re densa y te juro que me la tuve que chapar dos segundos para que me deje en paz.

-Qué sacrificio eh- dije irónicamente y Enzo me rodó los ojos.

-¿Boluda por qué no subiste?- me preguntó- Sabías que el gesto era para vos, y no podía decirle a Julieta que era para vos, se te iba a pudrir ya me lo dijiste.

-¿Enzo cómo queres que suba a interrumpir?- le pregunté sin creer lo que me reclamaba- No te costaba nada a vos decirle que no querías estar con ella, mira que por rechazar a una piba no te vas a morir.

Se quedó callado, se dió cuenta que tenía razón yo, pero su cabeza funcionaba de otra manera que la mía tampoco lo iba a crucificar por eso, pero me ofendió.

Me di la vuelta suspirando y me quise ir.

-Ari perdoname- me dijo sin perseguirme.

Me quedé quieta.

-No tengo nada que perdonarte igual- le respondí de espaldas, sin mirarlo.

-Ya sé que no somos nada- me dijo- pero yo tengo mi atención en vos, no quería estar con Julieta.

-Tranqui- le dije- vos podes estar con quien quieras.

Me hice la difícil y arranqué para la escalera de nuevo.

Como era de esperarme, Enzo no me dejó irme.

-Vení para acá morocha- me dijo agarrándome de prepo de la cintura con sus dos manos.

Me dio vuelta para quedar mirándonos y me llevó para la parte más oscura del pasillo del baño.

-Me decís que puedo hacer lo que quiera pero bien que la escenita de celos me la hiciste- me dijo mirándome la boca y hablándome a centímetros de distancia.

Tragué saliva nerviosa por lo cerca que se me puso, sus manos no soltaban mi cintura y su cuerpo me estaba apretando con la pared.

-No fue escena de celos- lo contradije- solo no me gustó que dijiste una cosa e hiciste otra.

Enzo se rió sin sacar su mirada de mi boca.

-Deja de hacerte Ari- me dijo- si te encanto.

-Ya quisieras vos- lo peleé dejando que mis manos vayan a su espalda.

-La verdad que si quisiera- me respondió sin pelear- porque vos me encantas.

Tentación. (enzo fernández)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora