capítulo 68.

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Narra Enzo.

-No me jodas Sabrina- dije enojado mientras iba en mi auto con Sabrina rumbo a mi casa.

-Enzo no te estoy jodiendo- me volvió a reprochar ella.

-Si, me estás jodiendo si- le respondí- ese bebé no es mío, a mi no me cagues.

-Es tuyo si- me dijo- ¿te haces el garchador fatal y te pensás que no vas a tener consecuencias? Nosotros nos vimos hace menos de tres meses y sos el único con el que estuve después de que terminamos, así que es tuyo.

-No Sabrina, la puta madre boluda- dije sin creer lo que estaba pasando, no había chance que yo esté por ser papá, y menos ahora que estaba en el mejor momento de mi situación con Ari y con la selección.

-Por eso vine hasta acá Enzo- dijo ella- tenemos que hablarlo y quiero que vos estés presente en todos los estudios, trámites, todo. No me vas a abandonar en esto.

Tenía razón, no la podía abandonar y dejarla sola con una criatura que estaba por ser mía, tenía que hacerme cargo de lo que hago.

-¿Y cuánto tiempo pensás quedarte?- le pregunté.

Ella me miró cuestionada.

-¿Por?- respondió ella con otra pregunta- ¿Ya andás con otra?

-No- le dije- no seriamente todavía.

Sabrina levantó las cejas y se rió.

-Todavía dice...- dijo ella sarcástica- bueno nene, no me interesa, acá vas a tener que estar presente conmigo hasta que acomodemos toda la situación, que tu chica espere.

Resoplé frustrado, quién me mandó.

Mi celular se llenaba de mensajes de los chicos preguntándome dónde andaba y si iba a ir a la comida, ya estaban todos allá, inclusive Ari.

Ari... No podía dejar de pensar en ella, en nosotros, ¿cómo mierda le iba a decir todo esto? ¿Cómo se lo va a tomar? ¿Qué va a pensar? ¿Me va a dejar de hablar? Las incógnitas me rodeaban la cabeza.

Llegamos a mi apartamento con Sabrina y la ayudé a acomodar las valijas y que se sintiera cómoda.

Le acomodé la pieza que tengo para invitados y ella se puso a su gusto.

-Bueno acá en la cocina tenes todo lo que quieras- le dije señalando- agarrá y comé lo que quieras, yo después voy a comprar más cosas por si tenes antojos.

 Me peiné un poco y me puse una campera no tan abrigada pero solo para la facha, agarré mi celular y le mandé mensaje a los chicos que ya estaba por salir para ahí.

-¿A dónde vas vos?- me interrumpe Sabrina justo cuando estaba yendo para la puerta.

Me giré y la miré.

-Me voy a juntar con los pibes- le dije.

-Ni una hora que llegué y ya me queres dejar sola- se quejó ella- flor de atorrante sos Enzo.

-Uy dale Sabrina no me jodas- le dije- encima que te hospedo en mi casa y tengo que verte la cara de nuevo me queres venir a manejar la vida, no me jodas.

-No es manejarte la vida- negó ella- es que no quiero quedarme sola, quiero tu compañía Enzo, ¿no entendes?

-No me pienso quedar acá con este día re lindo que hace, aparte ya había arreglado en el treino con los pibes y no les voy a cancelar.

-Bueno- dijo ella parándose del sillón- voy con vos. 

Me reí iluso.

-¿Qué?- dije- ¿Estás loquita vos no? Haceme el favor y quedate acá o salí a la plaza con las otras mamás.

-No. Voy con vos- afirmó Sabrina- ¿o no querés que los pibes me vuelvan a ver?

-No quiero que me rompas las pelotas a mi ni a mis amigos, que es diferente- dije serio y enojado.

-No voy a molestar, te lo juro- insistió ella.

-No, no Sabrina, me van a empezar a hacer preguntas y no quiero que rompan las bolas tampoco- dije.

-Dale cagón, ¿sos vivo para decir que garchas pero no para decir que te tenés que hacer cargo de tus cagadas?- me provocó ella.

Suspiré agotado, no sé como voy a hacer para aguantar la intensidad de esta mina, me quiero morir.

-Bueno dale, pero lo del embarazo ni una palabra todavía- le dije- se los voy a decir yo en otro momento, ahora de sorpresa y a las apuradas no, ¿escuchaste?

-Si- asintió ella.

Bajamos hasta donde estaba mi auto y arrancamos rumbo a la juntada, el trayecto en silencio la mayor parte del tiempo. Lo único en lo que podía pensar era en Ari, y que todos iban a quedar shockeados cuando me vean llegar con Sabrina, todo mal.

-Enzo..- habló Sabrina por primera vez en los quince minutos de viaje.

-¿Qué?- pregunté sin mirarla y manteniendo la vista en la autopista.

-Yo te voy a hacer el favor de no decir nada del embarazo ahora en frente de todos- dijo- pero andá fijándote como se lo vas a decir a tus amigos y a tu piba o lo que sea que tengas porque yo no te pienso cubrir mucho para que vos quedes bien.

Que lío mamita, pensé.


Tentación. (enzo fernández)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora