capítulo 40.

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-Hola, ya te saludé- dije haciéndome la linda.

-No, me tenes que saludar con un beso- me dijo Enzo sentándose en mi cama- y que sea en la boca por favor, gracias.

-Los amigos no se saludan con besos en la boca- me reí internamente por mis palabras, si sé que me muero por comerle la boca.

-Y seguís con eso- me dice Enzo mostrándome su sonrisa pilla- si te la di toda y te venís a hacer la amiga, gila.

Enzo se rió de su propio comentario y me terminé riendo yo sin poder aguantarme.

Fue haberme reído y mostrado lo débil que soy con él y enseguida me agarró de la cintura acercándome a él, mientras él estaba sentado y yo de pie, su cabeza me miraba desde abajo a la altura de mi estómago casi mis pechos, y llevé mis manos a su nuca, acariciando su pelo.

-Dale, dame un beso- me dijo- estuve extrañando tu boca todo el día.

-No te cansas de chamuyar, qué pibe- dije sorprendida pero totalmente ganada por su confianza egocéntrica.

-Es mi forma de ser, no puedo hacer nada- se rió y llevó sus manos a mis glúteos, masajeándolos y apretándolos.

Me pasé la lengua por mis labios, humedeciéndolos para agachar mi cabeza y darle un beso.

No fue un beso corto, aproveché y me lo comí con ganas, empezamos a mover nuestras bocas al compás entendiéndonos tan bien, ya sabíamos todo sobre nuestros gustos y excitaciones a la hora de besarnos, así que nuestros besos eran cada vez más ricos por conocimiento.

Abrí apenas mi boca para darle entrada a la lengua de Enzo que pedía encontrarse con la mía. Jugamos entre lenguas y él aprovechaba para succionar mis labios hinchados por la falta de aire.

Cuando no pudimos aguantar la respiración, nos separamos dándole fin al beso.

-¿Esto significa que ya estamos bien?- me preguntó con cara de nene contento, sin separar sus manos de mí, mientras yo seguía pegada a él.

-Si- le dije- no te puedo juzgar ni enojarme porque yo hice lo mismo en su momento, aparte entiendo las razones así que no tengo nada que perdonarte, vos también podes hacer lo que quieras como yo lo hice.

Enzo me sonrió.

-Si si, aparte vi que te estas llevando bien con Lara, que no es mala mina- dijo- es más me cae mejor que Julieta.

Me acordé de Julieta, que también venía para la costa con nosotros. Espero pasarla bien, ya la verdad no era lo mismo con ella aunque intentaba, me dejó con mucha desconfianza, al punto de no saber si mis acciones le iban a volver a molestar.

-¿Te conté que me consiguió una entrevista para después del finde? Con su viejo que es político de no sé que mierda- le conté.

-¿Lo aceptaste boluda?- me preguntó Enzo poniéndome cara seria- te dije que no aceptaras nada de ella.

-Enzo, ella es mi amiga hace muchísimo- le reproché- no dudo de su bondad, vos porque la conociste hace nada y justo pasó esa situación pero no podes criticarla por una mala actitud que tuvo, todos tenemos malas actitudes en algún punto de la vida.

-No la critico, solo no me cierra ella en general- dijo- que sé yo Ari, no sé, solo me preocupo por vos, te vi re mal por ella la vez pasada y no quiero que vuelva a pasar, no te lo mereces.

Le di un beso corto agarrándole la cara, muerta de amor por su preocupación.

-Gracias por preocuparte, pero estoy bien, si vuelve a pasar algo ya sé que es lo que tengo que hacer, pero no creo, ya estamos bien con ella.

Tentación. (enzo fernández)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora