Quieta +18

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- ¡Gavi! -grité pataleando en el aire cuando me levantó y me puso en su hombro como un saco de patatas mientras me llevaba directa al ascensor.

Yo me reía sin parar, mientras Pedri corría detrás de nosotros.

Me soltó cuando las puertas del ascensor de cerraron y mi cuerpo chocó contra el espejo de atrás, con una gran sonrisa, divertida por el momento.

Los dos se acercaron.

- Vas a rogarnos esta noche, preciosa. -sonrió Pedri con superioridad.

Gavi me cogió justo cuando el ascensor se abrió de nuevo, dándome una nalgada.

Caminó conmigo en su espalda mientras yo miraba a Pedri sonreír detrás de mi, mientras él sacaba las llaves de su habitación.

Unos gemidos provenientes de una habitación me resultaron familiares y solté una carcajada.

- ¡Es Ana! -grité riendo, pero Pedri corrió hacia mi para taparme la boca, a la vez que Gavi me mandaba a callar y me daba otra nalgada.

Yo miré a Pedri a los ojos, su mano en mi boca, y saqué la lengua, lamiéndole la palma.

El gruñó y abrió la puerta de su habitación, dejando que Gavi entrase conmigo y me sentase en la mesa del centro.

Abrió mis piernas como si fuese su banquete personal a la vez que Pedri cerraba la puerta y se desabrochaba la camisa, dejándola abierta para ver su torso.

La boca se me hizo agua al verle y abrí más las piernas.

- Joder, Leah. -se quejó Gavi, agachándome entre mis piernas y bajando mi ropa interior lentamente.

Me quejé al ver que iba tan despacio.

Pedri llegó a mi lado y bajó la cremallera del vestido, dejando mis pechos fuera, completamente para ellos.

- Te he dicho que ibas a rogar, llevas toda la noche volviéndonos locos. -mumuró con voz ronca en mi cuello, a la vez que dejaba besos húmedos y sus manos encontraban mis pechos.

Gavi por fin bajó y dejó caer mi ropa interior al suelo, y recorrió mi muslo con un solo dedo, hasta llegar a mi entrada.

Entonces me miró con una sonrisita y su dedo entró en mi de forma demasiado lenta.

Yo me moví en la mesa, gimiendo, pidiendo más.

- Quieta. -dijo Pedri a mi lado, llevándose un pezón a la boca, mordisqueándolo.

Gemí cuando Gavi metió un segundo dedo y su boca se sumó al trabajo, lamiendo y succionando mi clitoris como él quería.

Me aferré al brazo de Pedri con fuerza y él sonrió.

Mi primer orgasmo no tardó en llegar y fue el turno de Pedri de cargarme hasta la cama.

Nunca lo había hecho con dos chicos a la vez y el morbo que me estaba dando hacía que la habitación ardiera.

Mi vestido desapareció de mi vista y los dos se colocaron enfrente de mi, yo estaba de rodillas en la cama.

Mis manos se encargaron primero del pantalón de Gavi, mientras se quitaba la camisa y luego me encargué de Pedri.

Ellos dejaron sus pantalones en el suelo y bajaron sus bóxers después.

Dejándome ver las dos longitudes enfrente de mi.

Gemí al mirarlos y llevé una mano a cada uno de ellos.

Ellos gimieron con fuerza cuando empecé a masturbarlos.

- Vas a montarme, Leah. -gruñó Pedri, quitando mi mano, sacó un condón de la mesita, se lo colocó, me levantó de la cama y se sentó él, sentándome a mi encima suya.

Su miembro apretó con fuerza en mi entrada y yo me moví hacia abajo, dejando que entrase por completo en mi, gimiendo los dos a la vez.

Mi mano apretó a Gavi, que también gimió.

- Gavi, ven. -dije con la voz temblorosa al sentir a Pedri en mi interior.

Pedri me movía a su antojo, a su ritmo.

Gavi se acercó a mi y me llevé su longitud a la boca, el maldijo entre dientes y cogió mi cabeza, enredando sus dedos en mi pelo.

Iba a perder el control en cualquier momento.

Los dos llevaban el ritmo, uno empujaba por debajo y el otro desde arriba y yo estaba en el puto paraíso.

- Leah, joder. -murmuró Gavi entre dientes, justo antes de llenar mi garganta.

Yo tragué y le sonreí, haciendo que el sonriera de vuelta.

Pedri cogió mis pechos y me atrajo más hacia él.

- Nuestro turno, preciosa. -dijo en mi oído y entonces empezó a moverse más rápido, y mucho más duro.

Yo gemía con fuerza, descontrolada.

Gavi se acercó a mi y me cogí de sus hombros, arañándole.

Pedri me penetraba con tanta fuerza que yo gritaba de puro placer.

- ¡Por favor, Pedri! -grité y entonces mis paredes se cerraron sobre él, y sentí como él se dejaba llevar dentro de mi.

Me dejé caer hacia atrás, quedando en su pecho.

Gavi besó mi boca y se tiró al lado de Pedri en la cama.

Me moví, sacando a Pedri de mi interior y quedé enmedio de los dos.

Gavi acariciaba mi brazo, mi estómago y mis pechos mientras Pedri tiraba el condón y volvía con nosotros.

- ¿Ferran y Ana habrán terminado? -pregunté.

- Quédate con nosotros. -pidió Gavi.

- ¿Y con cuál de los dos duermo? -pregunté mirando las dos camas.

Los dos rieron y se levantaron.

Cogí mi ropa, me despedí de los dos y salí al pasillo, Pedri me acompañó hasta la habitación y al llegar, antes de que yo abriese ls puerta, tiró de mi brazo.

- Necesito volver a verte, y me gustaría que fuese a solas esta vez. -dijo mirándome a los ojos.

No contesté, le sonreí y besé la comisura de sus labios.

Abrí la puerta y entré.

Dios mio, esto se acababa de complicar demasiado.

Y a la vez me había gustado mucho más de lo que pretendía.

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MI TIKTOK HA LLEGADO A LOS 100 LIKES EN NADAAA DE TIEMPO OS AMO

AQUÍ TENÉIS EL CAPÍTULO GUARRIS, DISFRUTAADLO MUCHO MUCHO

Sin rumbo +18 - PedriDonde viven las historias. Descúbrelo ahora