Era el segundo partido de España en el mundial.
Habían pasado unos cuantos días, y no habíamos coincidido con los chicos.
Ana había cenado una sola vez con Ferran, pero se la habían pasado entrenando y nosotras dos habíamos aprovechado para hacer turismo y irnos de compras.
Estábamos en nuestra habitación, arreglándonos para irnos al partido cuando alguien tocó la puerta y Ana corrió directa a abrir.
Tardó unos minutos y luego entró con un paquete envuelto y un gram ramo de flores.
- ¿Y eso? -le pregunté sorprendida.
- Son para ti. -dijo ella con una sonrisita, dejó el ramo encima de la mesa y me entregó el regalo.
No tardé nada en abrirlo.
Eran dos camisetas de la selección española.
Una de Pedri y otra de Gavi.
- ¿Cuál te vas a poner? -preguntó Ana sacándome del trance.
- Ninguna. -sentencié.
- ¿Por qué? -preguntó ella sorprendida.
- No voy a elegir a uno solo, no puedo.. yo.. no sé aún.. -empecé a agobiarme solo de pensar en el lío en el que me había metido y dejé las dos camisetas al lado de las flores.
Terminé poniéndome la misma que me habían firmado los chicos la primera vez y salimos directas al campo.
Nuestros asientos estaban muy bien centrados y me senté de brazos cruzados, no tardarían mucho en salir ellos, así que aproveché para mirar el movil un rato mientras Ana daba saltitos a mi alrededor.
Los vítores empezaron a corearse a nuestro alrededor cuando salieron todos corriendo al campo.
Y tres de ellos miraban a su alrededor, buscando a alguien.
Ferran fue el primero en vernos, que sonrió a Ana y le dio un codazo a Gavi, que alzó la mirada y conectó con la mía.
Le sonreí y el alzó la mano, pero luego se giró hacia Pedri, le dijo algo y este también me miro, pero más serio.
Me volví a sentar, ahora medio cabreada por la mirada de Pedri.
Sabía por que me había mirado así.
No llevaba su camiseta, ni tampoco la de su amigo.
Pero no iba a darle ese gusto.
No todavía, al menos.
El partido empezó y Alemania marcó el primer gol, haciendo que los chicos se desanimarán y todos los españoles empezaramos a gritar como locos, yo incluída.
Ver la carita de pena de todos fue un golpe y animé con todas mis fuerzas, aunque estuviese cabreada.
La primera parte terminó y Ferran corrió con Gavi hasta donde estábamos nosotras.
- Después cenamos los cuatro. -dijo Ferran mirándonos.
- ¿Los cuatro? -pregunté yo algo confusa.
- Nosotros dos y vosotras. -contestó Ferran.
- ¡Sí! ¡Genial! os esperamos en el hotel. -contestó mi amiga.
Los dos nos sonrieron y corrieron de nuevo con los demás.
Pedri ni siquiera me miró.
Muy bien.
La segunda parte siguió su recorrido, sin gol alguno.
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Sin rumbo +18 - Pedri
FanfictionLeah odia el futbol y aún más odia a todos los jugadores que se creen superiores s todos los demás. Su mejor amiga, en cambio, fanática del fútbol le ruega que la acompañe a ver el mundial y Leah acepta solo para verla feliz. Pero un error va a camb...