Amenazas y corazones rotos

22.6K 974 213
                                    

Mi cuerpo temblaba por completo mientras escuchaba a ese hombre.

- No te sientas culpable por haber venido, si no lo hubieras hecho, habría sido peor. -aseguró.

- ¿Qué quieres de mi? ¿de él? déjalo en paz, deja su carrera en paz. -gruñí sin apartar mi mirada.

- Quiero que mi niñita tenga su final feliz. -habló y supe perfectamente lo que iba a pedirme.

Mi corazón empezó a acelerarse.

- Él no la quiere. -hablé seria.

- El dinero es lo importante en esta vida, todos nos movemos por eso, y si mi pequeña se casa con él, el dinero subirá en cantidades enormes, ¿lo entiendes? -me vaciló sonriendo.

- Vas a hacer a un chico desgraciado. -hablé de nuevo, intentando controlar el nudo que crecía en mi garganta.

- He visto que tienes un pequeño hermanito, ¿Julian, verdad? -preguntó recostándose en su silla.

Me congelé.

No, no, no.

- No pronuncies su nombre, no tienes derecho. -gruñí enfadada.

- Seguro que a tu madre y a él le iría bien una cantidad de dinero importante. -siguió hablando.

Yo estaba pálida.

- ¿Me estás sobornando para que le deje y se pueda casar con tu hija? -pregunté sabiendo su respuesta.

- Eres lista, Leah. -sonrió.

- No voy a hacerlo. -sentencié.

- ¿No? ¿segura? -habló levantando las cejas mirándome.

Sacó su teléfono y hizo una llamada.

A los segundos contestó un hombre.

- ¿Jefe? -habló por el otro lado.

- Pásame al niño. -dijo a través del movil.

Se escucharon unos ruidos y mi cuerpo tembló cada vez más.

- ¿Leah? -la voz de mi hermanito se escuchó.

- Julian, ¿estás bien? ¿estás herido? ¿dónde está mamá? -pregunté nerviosa.

- Estoy en el cumpleaños de Marta, mi mejor amiga del cole, mamá me recogera luego, este hombre tan majo dice que puedo irme con él si quiero. -habló tan inocente que mi corazón se agrietó.

- No, espera a mamá, por favor Julian. -hablé con la voz temblando.

Se volvieron a escuchar ruidos y el hombre volvió a hablar.

- A la señal, lo saco de aquí y sigo con el plan. -habló seco.

- Te avisaré. -dijo Jonh y colgó.

- ¿Qué plan? ¡Que plan! -grité.

- Cálmate bonita, solo tienes que aceptar el trato y tu pequeño hermanito volverá a casa. -aseguró.

Mi corazón se rompió antes de que mis palabras salieran.

- Déjalo tranquilo, por favor, lo haré, me iré. -hablé con la voz rota también.

- No puedes decirle nada de esto a Pedro, déjalo y desaparece por completo. -habló y tendió su mano hacia mi.

- Que te jodan, eres un hijo de puta, llama a ese imbecil y que deje a mi hermano. -gruñí levantándome de la silla e ignorando su mano tendida hacia mi.

Eso hizo, el tipo se fue de la fiesta de cumpleaños y pude volver a respirar un poco.

Salí de ahí corriendo, con las lágrimas acumulándose en mis ojos.

Iba a romperle el corazón a él.

El mio daba igual, ya estaba roto.

No podía dejar que le pasara nada a mi hermano.

Y pensándolo en frío, yo tampoco tengo mucho que ofrecerle a Pedri, Grace en cambio, tiene dinero y potenciará su carrera.

Por suerte cuando llegué a la habitación, solo estaba Ana, que me dijo que Pedri se había tenido que ir con los demás a hacer algunas cosas por haber perdido y todo eso.

Ana se dio cuenta de que pasaba algo sin dudarlo.

- ¿Dónde estabas? -preguntó viniendo hacia mi.

No contesté, me ahogué con el nudo de mi garganta y se me escapó un sollozo, dejando que todas las lágrimas salieran en cascada.

- Leah.. -habló Ana abrazándome sin pensarlo.

Lloré durante una hora entera hasta que fui capaz de hablar y pude contarle lo que había pasado.

Ana no podía creerselo y temblaba de la rabia.

- ¿Julian está bien? -preguntó.

- Sí, él está bien, siempre y cuando yo desaparezca de la vida de Pedri. -hablé con la voz rota.

- Joder. -murmuró Ana, sin saber que decir.

- Mañana cogeré el primer vuelo que pueda. -hablé.

- Nos iremos a casa. -contestó ella sin dudarlo.

- ¿Y Ferran? -pregunté, esperanzada de que al menos una de las dos pudiera ser feliz.

- Hablaremos a diario y él volverá a Barcelona en un mes más o menos, así que estaremos bien. -habló dudando un poco al verme llorar de nuevo.

- Me alegro de que os vaya bien, Ana, de verdad. -admití abrazándola.

- Serás feliz, tal vez él no era tu destino, todo irá bien, estaremos juntas. -aseguró abrazándome de nuevo.

Pero yo sí creía que él era mi destino.

Recibí un mensaje de Gavi, diciéndome que fuese a su habitación de inmediato.

Se lo enseñé a Ana y fui al baño a limpiarme la cara, para disimular que había llorado, por suerte Pedri no estaría ahí.

Salí de la habitación y crucé hasta la de Gavi y Pedri, tocando la puerta, esperando a que me abriese Gavi.

Pasaron unos segundos hasta que se abrió la puerta.

Lo primero que vi fue el interior, la mesa estaba servida con dos copas de vino y velas a su alrededor.

Luego vi a Pedri sonriéndome detrás de la puerta.

Gavi no estaba.

Se me cayó el alma a los pies.

- Te prometí una cita de verdad, ¿que te parece si me encargo esta noche de que tengas la mejor cita? -sonrió haciendo que se me encogiera el corazón.

Tenía que hacerlo ahora.

No podía esperar.

- Pedri.. yo.. creo que.. tenemos que hablar. -dije con la voz entrecortada, y su sonrisa se borró.

Entré y el cerró la puerta.

- ¿Qué ha pasado? hace unas horas estábamos genial, ¿he hecho algo mal? -preguntó con sus ojos atravesándome el alma.

Joder esto iba a doler más de lo que esperaba.

--------
Aquí tenéis el otro capítulo chiquis, os aseguro q valdrá la pena seguir leyendo, se vienen aun muuuuuchad cositas 🫣

Sin rumbo +18 - PedriDonde viven las historias. Descúbrelo ahora