CAPITULO 22

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Me levanté descansada, el sueño me sentó de maravilla. Me duché y me puse un vestido sencillo. Recordé que Efraín quedó en llamarme y al mirar el celular vi tres llamadas perdidas de él. Maldije por lo bajo, no lo escuché ya que lo tenía en vibrador. No sabía si devolverle la llamada, repito todo este rollo del noviazgo es demasiado para mí, le preguntaré a Mei.

Llegué a la cocina, moría de hambre, alguien se enderezó y al toparnos de frente grité como una desquiciada.

- ¡Por Dios Glenn! -Exclamé con la mano puesta en mi pecho.

-Buenos días. -Sonrió él sosteniendo un tazón.

- ¿Qué haces aquí? -Fruncí el ceño.

-Pues. -Titubeó, Mei salió de la nada, palmeándole el trasero ¿Me perdí de algo?

-Hola cariño ¿Dormiste bien? -Me consultó.

Los vi juntos, mi antiguo compañero de clases sin camiseta, ya que ella la usaba, a buen entendedor pocas palabras, o en este caso, el panorama es más que claro.

-Acaso ustedes. -Los señalo. Quise continuar, pero me resultaba incómodo el tema.

-Sí dormimos juntos. -Mi amiga pone los ojos en blanco.

Abrí la boca, pero la cerré de inmediato, luego hablaría con ella.

-Pues esto es repentino. -Menciono desviando mi mirada hacia la pared.

-Y qué lo digas. -Glenn mete una cucharada de cereal en su boca.

- ¿Qué? -Mei me reprocha. -Soy una mujer libre, no le tengo que dar cuentas a nadie. -Le quita a Glenn el tazón y sigue comiendo su contenido.

- ¡Hey! -Exclama él tratando de recuperar su desayuno. Mei empieza a correr por toda la cocina, la risa inunda la estancia.

-Al menos dame un poco. -Él la arrincona, mientras que ella mete una cucharada llena de cereal en la boca de Glenn.

-Yo los dejo. -Me disculpé para entrar de nuevo a mi cuarto. No entendía un ápice. ¿Cómo te acuestas con alguien que no te interesa? Es demasiado profundo para mí.

Mi celular comenzó a sonar y en la pantalla el nombre Efraín, aparece. De inmediato mi traicionero corazón se disparó a mil por hora.

-Buenos días. -Me salió la voz temblorosa.

-Buenos días. -Contesta él con un tono de preocupación. -¿Estás bien? Te llamé anoche pero no atendiste.

-Sí, lo lamento. Me quedé dormida y el celular estaba en vibrador.

- ¿Dormiste bien? -Quiso saber.

-Como un bebé. -Suspiré

- ¿Y ese suspiro? Dime que es por mí.

Mi cara enrojeció, no supe que contestar.

-Tammy ¿Sigues ahí?

-Aquí estoy, ya sabes, soy una chica extraña.

-Extraña no, inaccesible sí.

- ¿A qué te refieres?

-Lo hablaremos en el desayuno, paso por ti en cinco minutos, estoy por llegar.

-Ahhhh. -Pronuncié al tiempo que la comunicación se cortaba. -Viene para acá. -Repetí mentalmente. - ¡Oh por Dios! -Exclamé. Me miré al espejo, ¿Qué me pondría? Como si tuviera mucho dónde escoger. ¿Desde cuándo me preocupaba qué ropa usar? Claro, me contestó mi subconsciente, desde que estas con él.

Me apresuré a buscar alguna prenda decente, pero era en vano, mi guardarropas es un asco. Corrí fuera y me encontré la cocina vacía, me dirigí al cuarto de Mei pero la puerta estaba cerrada, cuando iba a entrar escuché sonidos que me indicaron que era mal momento para interrumpir, maldiciendo para mis adentros.

EfraínWhere stories live. Discover now