G.M [FINALIZADO]

Capítulo 5

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Chen Jingyin tenía dieciséis años este año.

Hace unos meses, en un banquete, conoció a Qi Yan y se enamoró de él a primera vista.

Zhi Gui dijo: "Desde entonces, la señorita Chen viene a la mansión de vez en cuando. Nunca viene con las manos vacías y siempre trae algo hecho con sus propias manos".

Xia Xun preguntó casualmente:

"¿No necesita una dama soltera evitar sospechas?".

Zhi Gui dudó:

"Las palabras y acciones de la señorita Chen son ciertamente...... atrevidas. Puesto que el duque Chen no interviene para detenerla, me temo que los forasteros no pueden opinar al respecto. Esas nobles damas, por el contrario, hablan a menudo de ella, y lo que dicen es en su mayoría inapropiado, así que esta esclava no se lo repetirá al Joven Amo."

Xia Xun miró hacia el patio en la distancia.

Bajo la deslumbrante luz del sol, el vestido de Chen Jingyin brillaba tanto que a Xia Xun le picaban los ojos y no podía verle la cara.

Apartó la mirada, cogió el cuenco, raspó el arroz de las paredes del cuenco con una cuchara y se lo llevó a la boca.

Cuando la expresión de Zhi Gui cambió un poco, Xia Xun dijo rápidamente:

"No me gusta comer esto, no lo traigas aquí en el futuro".

Tenía miedo de que ella le viera comiéndolo limpiamente, pensara que le gustaba y pidiera a alguien que se lo cocinara todos los días.

Zhi Gui asintió obedientemente: "Este esclavo entiende".

Chen Jingyin desapareció en un abrir y cerrar de ojos, llevada a otra parte por las criadas de la mansión.

Xia Xun no tenía ningún interés en ella. Zhi Gui guardó los platos y se marchó, y se sentó frente a la ventana, aturdido.

Muchos años atrás, el patio de la Mansión Qi estaba desierto.

El estanque del patio estaba tan seco que no había ni una gota de agua. El fondo del estanque estaba al descubierto, agrietado y cubierto de maleza desde hacía mucho tiempo.

La hierba crecía salvajemente, alcanzando alturas extraordinarias.

En aquella época, Xia Xun trepaba a menudo por el muro y se escondía entre la hierba.

Al principio, la casa estaba deshabitada. Un día, entró a hurtadillas como de costumbre y se sentó en la hierba. De repente, se oyeron pasos detrás de él.

Xia Xun miró el sonido y el hombre se encontró con su mirada y se acercó a él, preguntándole cómo se llamaba y por qué estaba aquí solo.

Xia Xun le preguntó quién era.

Le dijo que acababa de comprar esta casa no hacía mucho.

Xia Xun dijo: "Hay tantas casas buenas en la capital, ¿por qué has comprado ésta? Está tan rota que te habrán engañado".

El hombre le contó a Xia Xun que originalmente era hijo de un funcionario, pero que sus padres habían sido asesinados por un traidor y su familia había caído en desgracia, e incluso le habían arrebatado su casa solariega.

No tenía adónde ir y, desesperado, utilizó el poco dinero que le quedaba para comprar esta casa abandonada y vivir hasta el final de sus días.

También le dijo a Xia Xun que se llamaba Qi Yan.