G.M [FINALIZADO]

Capítulo 38

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La ubicación de la casa de té de Tongchang era apartada, escondida en un hueco en la ladera sombreada de la montaña Yun. El camino era duro y el viaje en carruaje muy accidentado.

Qi Yan parecía diferente hoy. Todo su cuerpo desprendía un aura de dulzura; ni siquiera preguntó a Xia Xun, que obviamente acababa de llegar a Qingzhou, dónde se había enterado de que existía una casa de té tan remota en lo profundo de las montañas.

Se hacía tarde y los pocos clientes de la casa de té se iban marchando uno a uno.

Una vez que el camarero les condujo a una habitación privada, se convirtieron en los únicos huéspedes del lugar.

La vista desde la habitación era excelente, con las ventanas abiertas al bosque de bambú y a un lago detrás de la casa.

El lago era bastante grande, y a primera vista no parecía artificial, sino formado naturalmente.

Qi Yan no pudo evitar admirar el paisaje.

"Montar una casa de té aquí, realmente se puede llamar aprovechar la mejor vista".

Xia Xun no estaba de humor para disfrutar de la vista, e incluso si hubiera el paisaje más hermoso del mundo frente a él, no le importaría verlo.

Sin decir palabra, se bebió una taza de té tras otra.

Estaba demasiado nervioso.

Qi Yan era tan perceptivo que Xia Xun sabía que le bastaba decir una palabra equivocada para que Qi Yan se diera cuenta.

Sabía que tenía que actuar como siempre.

Pero no podía.

No estaba seguro de qué tipo de conmoción tendría que causar Fumeng Tancha para crear el caos y llevárselo.

Se reprochó a sí mismo que debería haberlo sabido mejor y haber hecho más preguntas en primer lugar, en lugar de esperar aquí ansiosamente como una mosca sin cabeza.

Qi Yan rodeó la sala privada y ordenó a Qi Hui y a Zhi Gui que se retiraran.

Antes de irse, Zhi Gui lanzó una mirada profunda a Xia Xun, y Xia Xun sabía que aprovecharía la oportunidad para marcharse.

Qi Yan, sin saberlo, se sentó frente a Xia Xun.

No lo detuvo cuando vio que Xia Xun bebía té como una vaca masticando peonías, sino que apoyó la barbilla en la mano y lo miró fijamente.

Xia Xun se bebió todo el té de la tetera y finalmente cedió a dejar la taza sobre la mesa, con los dedos frotando inconscientemente el borde de la taza. Ni siquiera podía decir qué tipo de té había estado bebiendo.

Naturalmente, los ojos de Qi Yan siguieron los movimientos de la mano de Xia Xun.

Después de mirar durante un rato, Qi Yan dijo de repente: "Después de todos estos años, tu mano todavía no se ha recuperado".

Xia Xun se sobresaltó y sus dedos se curvaron inconscientemente.

Qi Yan extendió su mano y suavemente aplanó su palma, usando su pulgar para acariciar los dedos de Xia Xun.

La mano izquierda de Xia Xun tenía horribles cicatrices y sus dedos eran mucho más delgados que los de su mano derecha.

Eran las secuelas de la quemadura de entonces.

Xia Xun intentó retirar la mano, pero Qi Yan la apretó con fuerza. Inclinándose, presionó su mejilla contra la mano de Xia Xun.

Las pestañas de Xia Xun parpadearon y realmente no se resistió.