C I N C O

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( 005 . Eywa lo respaldaba )

Con sus pies colgando del pequeño risco de aquella isla, Luna no podía sentirse menos contrariada con sus sentimientos y emociones

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Con sus pies colgando del pequeño risco de aquella isla, Luna no podía sentirse menos contrariada con sus sentimientos y emociones. Ni siquiera el hermoso color anaranjado que tintaba el horizonte y el cielo sobre ella podía hacer que sus ánimos subieran un poco.

Miró hacia abajo en el arrecife, donde sus hermanos jugaban a salpicarse con un emocionado Tul'yvie saltando y correteando a Tirey alrededor de los otros dos. Luna solo pudo apretar un tanto sus labios en una mueca inconforme. Por más que tratara de divertirse como ellos, había algo dentro de ella que sin importar qué hiciera, la hacía sentir ajena y frustrada con todo lo que la rodeaba.

Lo único que arremetía contra su estómago cada vez que pensaba en ello, era la sensación de querer alejarse de todo y todos para adentrarse en lo nunca antes visto. Desde lo más profundo de su ser, desde que era una niña, anhelaba solo dejar de lado sus deberes y salir a explorar lo aún no visto por sus ojos. Desde lo más profundo de su ser, el puesto que anhelaba pero en su tribu no consideraban jamás, quizá, era el ser algo parecido a una exploradora. Ver su mundo. Tomar riesgos. Ser ella misma atraída en todos los sentidos por gran madre.

Pero de plano sabía que eso no iba a poder ser. Tenía a sus hermanos. Tenía a su abuelo. Tenía a su pueblo. Quería ser egoísta y dejarlo todo, pero no sabía cómo.

─Yo digo que deberías hacerlo.

Luna se sobresaltó de pronto al escucharlo hablar. No había escuchado cuándo había llegado, lo que la hacía pensar que había estado muy metida en sus pensamientos. Miró a Marek a su lado con una mano en su pecho, él se aguantaba una sonrisa con los labios apretados. Pero el no saber cuándo había llegado no era lo que la desconcertaba, sino lo que había dicho en ese momento.

¿Debería hacer qué? Su corazón se aceleró un poquito ante su ilusa sensación de que el na'vi a su lado le había leído la mente.

─¿Eh?

Marek no aguantó mucho más y soltó un a risita suave. Las orejas de Luna crisparon un poco cuando captó las risas de varios jóvenes metkayina viendo a los recién llegados del bosque salir del agua un tanto adoloridos.

Luna no lo miró por estar pendiente de las siguientes palabras de su contrario, pero a metros de distancia de ellos, luego de haberse reunido con sus hermanos en la orilla del mar, el hijo mayor de la pareja Sully los miraba de reojo.

─Digo que deberías saltar al mar.

─Oh ─se rió sin gracia al comprender y dejar de pensar "tonterías"─. ¿Estás loco?

─Vamos, es divertido. Además, no es tan alto, muchos del clan lo hicieron ya y dicen que es una experiencia realmente satisfactoria.

─¿Tú ya lo hiciste? ─lo miró, incrédula. Hablar con él era fácil y la hacía sentir bien, ni siquiera se acordaba por qué se habían distanciado tanto.

DIASPORA (neteyam sully) BORRADORDonde viven las historias. Descúbrelo ahora