La respuesta a aquella cuestión.

81 3 0
                                    




Si es que me importa, si es que el viento no reseca mis labios, y las llagas en la boca no me impiden cualquier otro acto que no sea... callar. Callar, como callan los pájaros tristes, enfermos o solitarios, mientras realizan arte invisible a nuestros ojos.

¡Callar! así gritaba un corazón nervioso, cuando se acercaba su turno en la guillotina. Callar, que ahora es mi tiempo y quiero irme despojado al otro mundo.

Corazón detonadoWhere stories live. Discover now