—Lo maté, Carla lo maté.
—Irina, ¿qué me estás contando?
—Maté a Oscar, lo maté, le disparé con su propio revólver. No podía soportarlo más, no podía... Cada vez que lo imaginaba en brazos de ella, ¡esa perra...! algo se rompía dentro de mí.
—Irina por favor dime que es una broma.
—Amiga solo te llamé para pedirte que me perdones.
—¿Irina? Irina...
Se escucha un estruendo.
