Capítulo 10

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JENNIE

Me sentía mal. Le había hablado de mala manera a Lisa, pero tenía, debía hacerlo, esto no podía seguir pasando.  

Lisa no podía llegar y sin mas besarme cuando ella quisiera. No, no y no. 

Mire hacia el estudio donde estaban su novio y el mío. Entre sin golpear, estaba furiosa con Lisa, y quería irme de ahí como sea. 

—Jennie— me dijo Mino al verme llegar a su lado. El estaba con unos cascos mientras del otro lado del vidrio estaba Jackson cantando una canción —¿que sucede bebé?—

—Nada— dije mientras me acercaba y lo besaba en los labios. Lo hacia para borrar los rastros de los besos de Lisa —quería pedirte permiso para irme a mi departamento, necesito descansar, estar revisando todas las facturas sólo me hicieron tener jaqueca. 
El se levantó y me abrazo.

—Esta bien pequeña— dijo besando mi cabeza —ve tranquila, yo terminaré aquí, y después iré a cuidarte a hacerte mimos, ¿quieres?— me dijo.

—Esta bien, te estaré esperando amor— dije y levanté mi mirada —hasta luego— dije y bese sus labios otra vez. 
—Te amo— me dijo y sólo seguí mi camino hacia la puerta. 

—Yo también bebé— dije una vez tome el pomo de la puerta y salí. 

Camine por el salón de la empresa. Mire a todos lados, no quería encontrarme con Lisa. No debía encontrarme con Lisa o toda la barrera que había creado hace unos minutos se derrumbaría sólo con escuchar su voz. Baje en el ascensor al subsuelo donde se encontraba el estacionamiento de la empresa.

Mientras caminaba hacia mi auto senti una mirada en mi espalda. 

Entre en el auto, lo encendí y salí hacia mi departamento. Iba un tanto distraída mientras manejaba a poca velocidad. Vi la señal de alto en el semáforo que se ponía en rojo.

Senti que alguien golpeó mi vidrio y pegue un pequeño salto ya que estaba en mis pensamientos, y ya se imaginan recordando a quien. Mire hacia mi ventanilla y sentí mi cuerpo tensarse parada frente a mi ventana estaba Lisa.

—¿Que?— 0dije antes de bajar la ventanilla.

—Disculpe señorita— me dijo pero no era Lisa. Dios.. me volveré loca pensé —¿quiere ayudarme comprándome un chocolate?— 

—Si— dije y saqué un billete de cinco dólares —consérvelo. 

—Gracias señorita— me dijo la mujer. 

—De nada— dije cuando vi que el semáforo cambiaba a verde. 

Seguí conduciendo camino a mi departamento. No podía dejar de pensar en los besos que nos dimos con Lisa me había gustado tanto como me sentía entre sus brazos. Lisa me hacia sentir rara, deseada.  

—¡¡Dios!!— grite mientras llegaba a el edificio donde vivía.  

Me bajé después de poner la alarma en el auto.
Caminaba por la recepción hacia el ascensor que me llevaría a mi piso. Mientras iba en la caja metálica, me miraba en el espejo. 

No podía evitar mirar mis labios, lleve mis dedos a mis labios y los acaricie recordando los besos de Lisa.

—¡Mierda!— dije cuando sentí la necesidad de los besos de Lisa —maldito el día que apareciste. 

En ese momento las puertas se abrían y me dejaba en mi piso. Camine a mi puerta, puse la llave una vez sentí el click abrí la puerta y entre en mi departamento.

—Gracias a dios, ya en casa— dije mientras dejaba las llaves y mi bolso sobre la mesita al lado de la puerta. 

Camine hacia mi cocina mientras iba sacándome la ropa, necesitaba sentirme un poco más liviana, ya que sentía que mi cuerpo pesaba, debido a lo tensa que me sentía.

—¿Que debo hacer contigo Lisa?— me dije mientras abría la nevera y sacaba la jarra con jugó de naranja que tenía allí. 

—¿Que debo hacer con esta duda que Siento?—  dije mientras llevaba un vaso con jugó y me sentaba en el sofá frente a la televisión. 

—Que mierda haré— dije frustrada mientras tomaba el control y encendía la tele. 

Estaba acomodándome bien en el sofá, estaba sólo en ropa interior.

Sentí el tono de mi móvil y mire en dirección  a la mesa que estaba al lado de la puerta, mi móvil había quedado ahí en mi bolso.  

Me levanté como pude y tomé el móvil que estaba dentro del bolso. 

—¿Quien será?—  pensé mientras volvía y me recostaba en el sofá. 

Desbloquee mi móvil y sentí mi corazón detenerse. El mensaje era de Lisa.

—¿En serio?— dije y mire hacia el techo como hablando con Dios. 

Abrí el WhatsApp y entre en el chat de Lisa.

Lisa: 
¿Me dejas entrar? decía el mensaje. 

Me levanté y camine a pasos rápidos hacia la puerta. Mire por la pequeña abertura de la mirilla y era así del otro lado estaba Lisa con una caja pequeña en sus manos.
 
Suspire y hable. 

—No voy a abrirte la puerta Lisa vete por favor— dije en tono alto para que pudiera escucharme del otro lado de la puerta. 

—Por favor— escuché que decía. 

Recosté mi cabeza sobre la puerta. Que debía hacer, no quería abrir la puerta, no debía hacerlo. Sabía que si lo hacia no terminaremos bien, no hablaríamos yo estaba enojada con ella. Me sentía que sólo me usaba que sólo quería besarme y podría asegurar que ella sólo quería llevarme a su cama y nada más.

—Por favor vete Lisa— dije una vez más. 

—Esta bien— escuché del otro lado —te traje algo lo dejaré aquí y me iré. Adiós Nini— me dijo y sentí sus pasos alejarse de la puerta. 

Levante mi cabeza y volví a mirar por la pequeña abertura de la puerta. 

Era cierto ella se había ido. Abrí la puerta y mire la cajita en el suelo, la levanté y rompí la envoltura.  

Sonreí al ver que eran chocolates.  

—Así no podré alejarme de ti, con estos detalles— pensé y entre. 

Me dirigí otra vez al sofá con mi móvil en la mano. Debía mandarle un gracias por los chocolates.

Pero antes de hacerlo sentí mi móvil timbrar.

Espero te guste, son light así cuidas esa hermosa figura que tienes. 

Lisa. 

—Oh Dios, Lisa no lo hagas— dije y comencé a desenvolver uno de los chocolate. 

—Mmm, esto esta delicioso— dije y comencé a comer los otros.

A escondidas (Jenlisa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora