Capítulo 24

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NARRADOR OMNISCIENTE:

Dos amigos se encontraban en uno de los mejores club de strippers de la ciudad de Miami.  

Uno de ellos disfrutando a plena de la mujer que baila sobre el, mientras con sus manos recorre todo el cuerpo de aquella bailarina.  

Y otro que se mantiene al margen sólo mira por ratos y mantiene sus manos en los bolsillos de su pantalón.  

El morocho mira a su amigo que le es indiferente a la mujer que tiene al frente. Una hermosa rubia, con pechos grandes, un cuerpo escultural y un trasero, que el seguro apretaría con sus manos. Mira a su amigo " el marica" como el lo apoda.

—Hey marica— le dijo Jackson a Mino quien corría su cara cuando la rubia quería acariciar su mejilla. 

—No me llames así— dijo un poco molesto Mino —ya te dije que no soy ningún marica. 

—Entonces préstale atención a ese mujeron que tienes delante de ti— le hablo Jackson. —Haz esto mira— le dijo tocando el trasero a la mujer y mordiéndole el pezón del pecho al descubierto que tenía la mujer. 

Las mujeres de ese club de strippers sólo llevaban puesto una tanga que cubría sólo la parte de su vagina. Mientras sus pechos quedaban al aire sólo cubiertos por unos pequeños diseños de unas manitos ámbitos que cubrían sus pezones. 

Pero aquella mujer que estaba en poder del cantante sólo llevaba puesta su tanga debido a que lo que cubría sus pezones Jackson se había encargado de sacarles. 
Mino miraba como su amigo era tan "liberal". El notaba que al parecer a su amigo no le importaba que en su casa una hermosa mujer lo estuviera esperando. 

—¡Hey!— le volvió a gritar su amigo el morocho —haz algo o esa mujer lo hará por ti. 

La rubia miro a Mino y se arrodilló delante de el. Con sus manos comenzó a tocar sus piernas pasó, las pasó muy poco sobre su entre pierna y siguió su camino tocando su abdomen hasta sus pectorales.

—Tranquilo— le dijo la rubia a Mino —no te voy a comer.

Va digo si tu quieres puedo hacerlo— le dijo la mujer mirando la entrepierna de Mino y mordiendo sus labios.

Mino pudo sentir como una pequeña corriente corría por su espina dorsal. No quería sentirse excitado pero esa mujer delante suyo lo estaba intimidando prácticamente.

Mino miro a su amigo, mientras sentía las manos de la mujer seguir recorriendo su cuerpo sin pudor.  

Jackson al ver que la rubia estaba logrando su cometido, sólo le guiño el ojo a su amigo y con levantó la mano que tenía en el trasero de la otra mujer y con una señal de su pulgar levantado le dio su apoyo. 

Mino sonrió y miro a la mujer que ya tenías sus manos bajo su camisa.  

Ella sonrió y se levantó para sentarse sobre las piernas de Mino.

—Ya no será tímido— le dijo mientras comenzaba a mover sus caderas y hacia presión sobre la erección que comenzaba a crecer bajo sus pantalones.  

—Depende— dijo Mino mientras con sus manos agarraba a la mujer por su cola, la apretaba y dejaba unas palmadas ahí. Haciendo que la rubia soltara un gemido sobre su oído. 

—¡Ahhh!— gimió la mujer —ahora si— hablo mientras seguía moviendo sus caderas sobre una prominente erección del hombre bajo ella. 

Mino volvió a golpear las nalgas de la mujer y movió su cadera haciendo fricción entre su entre pierna y el centro de la mujer. 

—¿Te gusta?— le pregunto Mino. Mientras seguía moviendo sus caderas contra la mujer sobre el, y le seguía dejando palmadas sobre su cola.

—Me encanta— dijo la mujer ya entrando en un clima de excitación —vamos al privado— le dijo la mujer.  

Mino se detuvo y miro a su amigo. El cual estaba prácticamente teniendo sexo con la morena que tenía sobre el.  

Miró a la mujer una vez mas y sólo asintió.

La mujer se levantó de sus piernas, vio la erección de Mino bajo el pantalón y sonrió. 

—Veo que esta más que despierto— dijo la mujer mirando la erección del hombre frente a ella.

Mino sonrió y trato de acomodar a su amigo. Y miro a la mujer.  

—¡Vamos!— le dijo y ella sonrió. Ella tomó su mano y comenzaron a esquivar gente mientras se dirigía a un pasillo que era iluminado por una pequeña luz roja. 

—Por cierto hermoso— le dijo la mujer. Mino miraba la cola de la mujer mientras se mordía sus labios —¿como es tu nombre?

Mino levantó su mirada y vio como la mujer lo miraba sobre su hombro, lo había atrapado con las manos en la masa como dice el refrán.

—Soy Mino—  le dijo y sonrió —¿y el tuyo?

—Mi nombre artístico es Britany, pero me puedes llamar como quieras— le dijo en un tono coqueto la mujer dejando de caminar. 

Mino miro la puerta que tenía frente suyo. Al lado un hombre musculoso de 1.90 de alto con una remera negra que tenía el nombre del club en su pecho con letras blancas.  

—¿George como estas?— le dijo la mujer mientras estiraba la mano y el joven músculo le tendía una llave. 

—Bien gracias nena— le dijo el musculoso. Después desvió su mirada al hombre que acompañaba a la mujer. Y sólo movió su cabeza en señal de saludo. 

Mino hizo lo mismo y vio como la mujer abría la puerta y lo tomaba de la mano para entrar. Pero justo antes de ingresar vio como por el pasillo venía su amigo con la mujer enredada sus piernas en su cintura. 

Se paro frente a su amigo y sonrió.

Cuando entraron a la habitación vio el decorado que era como una suite matrimonial.

Por un momento se sintió algo confundido. La imagen de su novia pasó por su mente. Mientras la mujer en frente de el se desnudaba y se acomodaba en la cama esperando por él. 

—Yo...— le dijo mirando a la mujer. Tranquilo si quieres no hacemos nada, y charlamos un poco —le dijo la mujer mientras se levantaba y se ponía un albornoz cubriendo su cuerpo.  

Mino vio como la mujer se acercaba a el.  

—Yo...— intentó hablar otra vez Mino, pero la rubia lo interrumpió. 

—Tranquilo no pasa nada— le dijo rozando su mejilla y dejando un beso en sus labios—mi nombre es Carmen, mi verdadero nombre— y volvió a besar la boca de Mino.

El la tomó de la cintura y la apretó a su cuerpo mientras el beso era lento y tranquilo. Mino en ese momento se sentía bien. Sentía que no podía serle infiel a Jennie, pero a su mente venía la imagen de Jennie siéndole infiel y se enfureció. Y también las palabras de su amigo "no seas marica". 

Tomo a la rubia y la hizo dar vuelta. Mientras le quitaba el albornoz que cubría el cuerpo.  

La mujer soltó un gemido cuando sintió la fuerza con la que Mino la apretaba sobre su erección que aún seguía muy arriba. 

—Lo vamos a disfrutar— dijo mordiendo el cuello de la mujer. 

Ella gimió y sintió como Mino la tiraba hacia la cama y el se desnudaba.

A escondidas (Jenlisa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora