Capítulo 23

717 64 1
                                    


JENNIE

—¿Entiendes?— le pregunté a Rosé después de terminar de contarle a mi amiga el tema con Lisa.

—Y si ya se besaron y todo— me dijo sin entender —que es lo que te confunde, estoy segura que esa chica te gusta. Y más segura estoy de que ella se muere por ti.

Sólo bastó con ver como me mataba con la mirada cuando nos vio juntas— dijo Rosé y yo sólo negué. 

—Es que la cosas no son tan simples— dije mientras escondía mi cabeza entre mis manos —ella tiene novio y yo tengo a Mino— mire a Rosé —no podemos hacer como que ellos no existen. 

Mi amiga negó con su cabeza y soltó un suspiro. 

—Pues déjame decirte que tienes razón— yo la mire —ustedes dos están de novias. Pero eso no quiere decir que no puedan intentar algo— levanté una ceja sin entender a donde quería llegar mi amiga —no me mires así. Lo que quiero decir, podrías ver que pasa, estar con ella. A lo mejor es el amor de tu vida y tu por estar con Mino te lo estás perdiendo. 

—¿Te escuchas lo que me dices?— le pregunte a Rosé —no puedo hacer eso, yo no soy así, no soy infiel. 
—Pues déjame decirte morena, que ya lo fuiste— y yo quedé en shock. 

Era cierto ya había engañado a Mino con Lisa. Cuando correspondí sus besos, cuando contesté sus mensajes, sus llamados y cuando fui a buscarla en la habitación de su casa. 

—Dios tienes razón— dije y comencé a ponerme nerviosa —¿y si Mino se da cuenta? ¿y si nota que lo engañe con Lisa?

—Espera, espera frena ahí tu camión— dijo, —¿porque pasaría algo así? No creo que el se de cuenta que entre ustedes hubo o hay algo. Tienes que tranquilizarte.
—Tienes razón, no creo que el, lo note— suspire —lo mejor será alejarme de Lisa— dije —eso es lo que debo hacer, alejarme de ella.  

—¿Crees que esa es la solución?— pregunto Rosé. Yo negué pero que más podría hacer.

—Creo que es lo más inteligente que puedo hacer— dije y volví a suspirar.  

—Porque no mejor haces esto mira— me tomó de las manos y hablo —busca un cuaderno separa dos hojas. En una separa las cosas que más te gustan de tu novio. Y en otra hazlo poniendo las pequeñas cosas que conoces de Lisa— yo levanté mi ceja y la mire burlona —se que suena muy infantil, pero así te ayudarás un poco a saber que es lo quieres. Si a Mino o a Lisa.

Sonreí y abrace a mi amiga. 

—Gracias a Dios que estas aquí— le dije mientras me aferraba más a ella —no se que haría sin ti. 

—No tienes que agradecer, para algo están las amigas ¿o No?— sonreí mientras senti como dejaba un beso en mi cabeza —¿vamos a tu casa?— me pregunto. 
—Si vamos— dije y salimos.  

No habíamos probado bocado toda la comida quedó en los platos en el restaurante. Por eso ahora estábamos en casa improvisando un no tan pequeño almuerzo. 

—¡Pon la mesa Rosie!— le grite a mi amiga que se había ido a la sala a sentarse un rato. 

—Esta bien— me contestó. Pero antes sentir el timbre de casa sonar —yo voy tranquila. 

—¡Ok!— grite y continúe en la cocina sirviendo un poco de comida en cada plato. Eran ravioles con salsa a la boloñesa. 

No escuchaba nada al otro lado de la sala. No era que habían tocado la puerta. Me preocupe y salí a la sala. 

—¿Cariño está todo bien?— pregunte siempre nos tratábamos así ella y yo.

Al no recibir ninguna respuesta camine con pasos rápidos para cruzar la pequeña pared que separaba la sala de la puerta principal.  

—Rosé— volví hablar, pero en la puerta no había nadie. Y dicha puerta estaba entre abierta.

Fruncí mis cejas, no entendía que estaba pasando. Antes de llegar a la puerta senti un golpe seco y un gruñido. 

Me apresure y abrí la puerta del todo. Dejando a mi vista el pasillo.  

Pasillo donde estaban prácticamente trenzadas Rose y Lisa. Ellas estaban peleando y ahora se miraba expectantes a ver quien lanzaría el próximo golpe. Pude ver a Lisa en la altura de su ceja una herida que sangraba y a Rosé que tenía uno de sus labios cortados.

Cuando vi que Lisa iba a lanzar un nuevo golpe grite.

—¡BASTA!— dije y ambas mujeres de detuvieron y me miraron bajando ambas la cabeza de la vergüenza—¿QUE MIERDA SIGNIFICA ESTO?— pregunte gritando. 

—Jen..— dijo Lisa y yo levante mi mano para evitar escucharla. 

—Rosie— me acerqué a ella —¿porque están peleando?— pregunte ya un poco más calmada. 

—Ella comenzó— dijo señalando a Lisa, la mire y negué —yo abrí la puerta y antes de que pudiera preguntar que necesitaba recibí el primer golpe. Tampoco iba a dejar que está salvaje me golpeara así sin más. 

—¿Es cierto eso Lisa?— pregunte mirando a la ojiverde. Que con un pañuelo se limpiaba la sangre que caía de una de sus cejas. 

Ella sólo asintió y volvió a bajar su mirada. 

—Quiero que te vayas— le dije a Lisa —y Rosie por favor, ve a limpiarte eso la comida está esta casi lista— dije, Rosé asintió y entró en el departamento. 

—Lisa— dije y ella levantó su mirada —vete— le dije una vez más. 

—A ella si la mandas a limpiarse verdad— dijo y yo fruncí mis cejas —y a mi me corres. ¡No es justo!— levantó un poco la voz.

—¿No es justo?— pregunte —dices que no es justo. Lo que no es justo es que vengas a mi casa, golpees a mi amiga, y encima no te quieras ir— dije ya molesta.

—Por favor déjame entrar a mi también— me rogó Lisa.

—¡No!— dije —no vas a entrar, quiero que te vayas, te cures eso se puede infectar. Ella negó. 

—No te preocupes— me dijo —esa herida sanara. 

Y se fue sin mirarme. Vi como subía al ascensor y se marchaba. 

Solté el aire que retenía en mis pulmones. Lisa no podía sólo venir y golpear a Rosé. No podía llegar a mi vida y darla vueltas así como si nada. 

—¿Jennie?— senti la voz de Rosé. 

—Voy Rosie— dije y comencé a caminar para entrar en el departamento otra vez. 

Al entrar cruce hacia la sala y la vi sentada en el sofá con una bolsa de hielo sobre sus labios. 

—¿Ya se fue la salvaje?— me pregunto. 

—Si, tranquila— dije acercándome a ella. Y tomando la bolsa para sostenerla sobre sus labios —lo siento por esto. La verdad nunca pensé que algo así pasaría. 

—Ella sólo me golpeó Jen—me dijo Rosé —al parecer cree que tu y yo tenemos algo. Porque su rostro cuando me vio abrir la puerta de volvió completamente rojo y luego llegó el golpe. Te digo que me agarró con la guardia baja, sino hubiera acabado con ella.

Sonreí a pesar de todo ella aún hacia bromas con lo que pasó. 

—Gracias— dije y ella sonrió —eres una gran amiga.  

—De las mejores— me dijo par a luego sacar el hielo de su boca y acercarse para abrazarme.

—¿Comemos?— le pregunté —la comida ya está lista.

—Si por favor muero de hambre— me dijo —aunque no se si pueda comer— dijo señalando su labio partido. La mire triste y volvió a negar. 

—Lo siento— le dije una vez más. Ella sonrió y negó.

—Tranquila, aún así seguiré siendo tu amiga— me dijo mientras reía y caminamos juntas a la cocina.

_____________________

¡Wow! que rápido llego a 1k ¡muchas gracias por el apoyo y el tiempo que se toman para leer la historia! 💗

A escondidas (Jenlisa)Where stories live. Discover now