Capítulo 33

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NARRADOR OMNISCIENTE

—¡Contéstame Lisa!— gritaba Jackson furioso —dime quien mierda te hizo esa marca. Porque, que yo recuerde hace rato dejamos de tener sexo— enfatizó.

—A mi no me grites— dijo Lisa. No sabía que hacer.

Lisa no se había dado cuenta de la marca que Jennie había dejado en su cuello. Capaz que no lo hubiera notado sino hubiese estado tratando de analizar a Jennie mientras venían a su departamento a encontrarse con sus parejas.

—Entonces explícame de donde salió esto— dijo Jackson agarrando a Lisa por un brazo y con su mano toco su cuello.

—Es una irritación echa por un perfume barato que probé en el supermercado que fui con nini— contesto Lisa.

—¿Nini?— le pregunto Jackson —¿quien mierdas es Nini?

—Jennie, quise decir Jennie— dijo algo nerviosa Lisa.

—Mira Lisa está vez voy a creer en ti— dijo el moreno y Lisa sintió los latidos de su corazón calmándose.

—Porque te mentiría— dijo Lisa —yo nunca te reproche cuando venías borracho de tus "giras" Y lleno de chupones que seguro muchas zorras te hicieron— enfatizó Lisa.

—Eso es mentira, te dije que eran por productos de las fans que siempre me molestan cuando salgo de los show— dijo Jackson, y Lisa sólo negó.

—¿Crees que soy estúpida?— dijo Lisa —crees que no se que vas a clubes de strippers y te acuestas con la primera zorra que se te cruza— musito enojada —así que fíjate que si lo se Jackson, y lo se desde hace tiempo.

—Tan estúpida crees que soy—decía no por celos, sino porque le molestaba que su novio creyera que ella era una ilusa.

Jackson bajo la guardia y no le quedo otra que hacerse el inofensivo.

—Lisa, amor— se acercó a ella y la abrazo. Lisa sólo rodo los ojos sabía que venía ahora — sabes que era la única mujer en mi vida. Que nunca tocaría a otra mujer que no seas tú. Que en ti tengo todo y espero todo. Lisa suspiro y sólo asintió entre los brazos de su novio. No mentiría si dijera que no se sentía cómoda ya en los brazos de Jackson. Que ya no sentía esa sensación de plenitud, de alegría o de amor.

—Esta bien, pero es cierto es una irritación lo que tengo— dijo exclamo saliendo del abrazo.

—Esta bien amor te creo— dijo el y beso los labios de Lisa, tuvo que corresponder al beso, pero su cuerpo se tenso cuando sintió que su novio se separaba de su boca e iba hacia su cuello. Lisa no quería eso, no quería que Jackson le borrará los rastros de Jennie.

—Amor debo ir a tomar una ducha— dijo Lisa. Este asintió y la dejo partir hacia la habitación.


Mientras en otro departamento otra pareja también discutía un poco”


—Vamos Nini— dijo Mino —vuelvo a casa conmigo te extraño.

—No Mino— dijo Jennie. Estaba un poco cansada.
La pequeña sesión de sexo con Lisa la había agotado, pero lo que había algo que la hacia sentir algo rara. Acaso Lisa estaba enojada con ella. Porque le había dicho "entendí". Acaso ella no estaba nerviosa porque su novio la esperará.

—Jen— dijo Mino —¡podrías darme un poco de atención!— elevó un poco la voz.

—Te estoy prestando atención, no hace falta que levantes la voz— dijo Jennie frustrada.

—Pues entonces explícame porque no quieres ir a casa conmigo?— pregunto Mino.

—Porque esta es mi casa— dijo Jennie siendo obvia.
—Lo se, pero yo te extraño— dijo Mino acercando y abrazando a Jennie por la cintura juntándola a su cuerpo. Jennie se tenso con ese movimiento. No quería que Mino la abrazara, no quería que la tocará. Sólo quería que Lisa sea la única que la tomará de esa manera y que la tuviera entre sus brazos.

—Esta bien Mino— se resignó Jennie. Al final eran novios y dormí en la casa del otro no era nada malo. Aunque Jennie sabía que a lo mejor cometía un error, porque sabía que Mino podría intentar querer tener sexo con ella.

—Gracias amor, vamos— dijo casi arrastrando a Jennie hacia la puerta.

—Déjame buscar algo en la habitación— dijo antes de salir.

—Ok, ve— dijo Mino y se quedó en la puerta.
Jennie subió a pasos rápido había su habitación. Mientras iba pensando que haría para evitar que Mino intentara tener sexo con ella. Entro en su baño y comenzó a revisar todas las cosas para ver que encontraba. Estaba nerviosa que haría. Se paro frente al espejo y ese momento recordó que tenía una marca pero se miro y no tenía nada. Se bajo un poco el cuello de la blusa y nada. Se levantó la blusa y sus ojos se abrieron bien grandes. En su abdomen tenía una hermosa marca que le dejó Lisa.

—Lisa...— dijo en un susurró. Recordando como Lisa la había echo suya en aquella habitación del hotel y ella también había disfrutado del cuerpo de la pelinegra.

—Jen— dijo Mino mientras golpeaba la puerta de la habitación.

—Voy— dijo Jennie. Se sentía más nerviosa que cuando venía del supermercado con Lisa —¿Dios que hago?— dijo.

—¿Estas bien, se hace tarde vamos?— pregunto una vez más el joven.

—Si...si...— dijo aun nerviosa Camila. Cuando estaba apunto de salir del baño vio en una de sus estante una de las bolsitas donde estaban sus toallitas femeninas. Y al lado su esmalte de uñas rojo. Y sin darse cuenta se encontró con su solución. Tomo la toallita y vertió en su interior el pequeño frasco de pintura rojo. Dejo que se secara, la envolvió y la guardo en el bolsillo. Sabía que hacia mal. Que ella como novia tenía que corresponder, pero no podía y no quería. No quería borrar el rastro de las caricias y lo besos de Lisa de todo su cuerpo.

—Vamos— dijo Jennie bajando las escaleras y viendo a su novio.

—Bien— dijo Mino y salieron juntos del departamento.
Lo que Jennie no sabía es que Mino la llevaba con toda la intención de hacerla suya y de ver si podía encontrar algún indicio de algún engaño de parte de la morena.


A escondidas (Jenlisa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora