Capítulo 3

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El plan que salió terriblemente bien

El gas se extendió por todo el salón increíblemente rápido, no le dio tiempo a Sophie de pensar en nada. Poco a poco sintió como el aire abandonaba sus pulmones mientras una fuerza extraña presionaba sobre su cuello. Sentía como todo su cuerpo exigía oxígeno. En pocos segundos su vista se nubló, al principio veía pequeñas manchas blancas flotando por todas partes, después todo empezó a ponerse borroso. Al final todo se tornó negro.

Cuando Sophie despertó apenas podía abrir los ojos, aún le dolía un poco el pecho y la cabeza le daba vueltas. Se dio cuenta que estaba en una cama dentro de la enfermería, escuchaba murmullos por todas partes pero no lograba reconocer ninguna voz. No sabía cuánto tiempo había estado allí, podían haber sido horas o hasta días. Le costó recordar lo que había ocurrido hasta que vio a su amiga asomarse por la cortina de su cama, entonces las cosas se volvieron más claras.

—Oh por Merlín, por fin despiertas —dijo seguido de un largo suspiro—. Han pasado muchas cosas.

—¿Por fin despierto?, ¿cuánto tiempo estuve inconsciente? —preguntó Sophie bastante confundida. Creyó que habían pasado un par de horas como mucho.

—Como tres días, oh Sophie, me alegro de que estés bien —respondió mientras le daba un gran abrazo a su amiga.

Sophie ya no dijo nada, solo le devolvió el abrazo a Camille. Se sentía un poco mal por lo que le hizo hacer a su amiga, afortunadamente parecía estar bien por lo que supuso que todos los demás lo estaban de igual forma. O al menos eso esperaba.

—Hubieras visto ayer a Madame Maxime, estaba furiosa. Lleva días interrogando a todo el salón pero ya sabes —dijo mientras movía la mano nerviosa—, tuvo que esperar a que la mayoría se recuperara de... todo.

Sophie se puso un poco pálida al escuchar lo último, parecía ser que no todos salieron tan ilesos como ella esperaba.

—¿De... todo? —preguntó algo asustada— ¿Están todos bien?

Camille se puso a jugar con su cabello antes de responder.

—Pues veras, cuando corriste hacia el escritorio después de que el maestro, ya sabes —empezó diciendo la rubia—, otras chicas en el salón intentaron salir cuando vieron que tú corrías, creo que por eso te caíste, para salir empujaron muchas cosas.

»Como sea, después de que te caíste todos vimos cómo te empezaste a ahogar junto con el señor Dubois, yo recordé lo que era "eso", por lo que intenté decirles a los que todavía seguíamos en el salón que saliéramos lo más rápido, y lo estábamos logrando pero el gas se expandió muy rápido y nos noqueó —Dijo tan rápido que se quedó sin aire por unos segundos—. Cuando sentí que alguien me ahorcaba vi a Madame Maxime junto con otros profesores. Estaban alejando a la mayoría y apagando el fuego, supongo que también eliminaron el gas pero me desmayé y después de un rato también desperté aquí.

Sophie tenía la boca medio abierta mientras escuchaba a Camille. Las cosas se habían salido de control. Ahora mientras estaba en la cama de la enfermería se empezó a preguntar, ¿qué es lo que esperaba que ocurriera en realidad? ¿Para qué preparo exactamente el gas agarrotador? "Por si acaso", ¿por si acaso qué? Sentía como se le revolvía el estómago al pensar en esto y entonces se dio cuenta de otra cosa.

—Camille, dijiste que el gas también te alcanzó. ¿Cómo estás? —preguntó con genuina preocupación— En verdad lo siento, no quería que todo saliera así de mal.

—Estoy bien, de verdad, además, es verdad que todo se salió de control pero al menos cumpliste con tu objetivo. Escuché que Madame Maxime va a expulsar al responsable —soltó mientras se comía uno de los chocolates que la enfermera Amélie daba.

Cuidado Con Los Sueños // Theo NottDonde viven las historias. Descúbrelo ahora