Capítulo 5

542 62 6
                                    

                         *Presente*

Odec dejo de escribir el diario para darse unos minutos antes de seguir, miró su cara pálida y ojerosa, no quería seguir aqui pero había algo que la mantenía en pie en estos años que eran tan difícil, unos pasitos acompañandos de una risita la hizo cambiar su humor.

—MAMI—Grito mi hijo corriendo hacia mí detrás de él Lyle con una toalla—Ayudame—Me pare para agarrarlo en mis brazos.

—Pobre de mi bebé—Bese su mejilla—Lyle sabes que le gusta la tierra—Le dije escondiendolo en mi cuello.

—Que no viva en ella pues—Se cruzo de brazos, me reí y le agradeci—Ya me iré, lo pongo a dormir.

—¿Quieres ir con el tío Lyle?—Mire a mi niño, él chupo su dedo y asintió—Yo iré más tarde, debo terminar esto—Mire mi libreta, él se llevo al niño quien se despidió a lo lejos.

Mi sonrisa se borro y me senté en la silla a seguir, debía ser más rápida, cerré los ojos por el dolor de cuello que tenía.

                         *Pasado*

Los meses pasaban volando, cada vez la loca se veía más debil y no pasaba desapercibida por los demás aunque no daba respuesta para nada, los únicos que sabían eran dos, yo trataba de ignorar todo y les decía que la dejaron sola, estaba cansada que eso era todo, dejando eso de lado con los comunicadores el ejército se podian guiar entre ellos por la densidad de pandora.

La jefa le daba trabajos a los chicos como reparar las armas del ejército mientras a mi me exigía tanto en sus lecciones, por ahora no había inventado nada más por querér aprender lo más rápido como era este lugar.

Mi relación con el Coronel se tornaba más completa, Lyle sabía de nuestro secreto y nos apoyaba hasta el final, a Quaritch no le gustó del todo pero nunca se quejo por eso, trataba de no dejar de entrenar pero entre los proyectos del sector, las clases de la loca consumían mi tiempo hasta dejarme sin hacer nada para mi, ya no hacía tanto como antes, pero no me daba el lujo de perder tanto mi paciencia.

Uno de esos tantos días en lo que estaba en lo más dentro de mí cuarto, llamaron a mi puerta, Beatrice entró con una cara de suma preocupación, deje caer mi lapicero y supe que desde ese día empezó la desgracia, por primera vez salí del sector sin su permiso detrás de mi los chicos que no sabían que pasaban.

La fecha se adelanto y con ella, los últimos horas de su vida estaban contadas, en la torre estaba ella conectada a máquinas, les ordene a los chicos que se quedaran afuera, enojados me hicieron caso, la loca al verme me sonrio adolorida, a su lado el coronel junto al doctor me miraron algo sorprendidos, los ignore para llegar a su lado agacharme y tomar su mano.

—Jefa, ¿Qué pasó?—Le pregunté suave, su máscara de oxígeno se blanquio un poco, su suave risa me hizo darme cuenta de mis palabras.

—Ohhh, que halago esa palabra—Hablo cansada, miró al doctor sonriente para mirar de reojo al coronel—Debemos estar a solas.

—Si, me retiro—Contestó dejando la sala, la jefa intentó tomar mi cabello pero no alcanzaba me acerque a ella para sentir su helado tacto.

—Es ahora tu turno, debes de tomar el control, no flaquees ante ningún baboso, sin ofender a los presentes—Se burló del Coronel, él rechisto y nos dio su espalda.

—Jefa, la haré sentir orgullosa—Bese su mano, ella me vio con los ojos pañosos.

—Se que lo haras y tu tomaras mi lugar para ese momento—Dijo muy débil.

—¿De qué habla?—Pregunté confundida.

—Pronto lo sabrás, estos meses me hizo darme cuenta que dejó mi trabajo en buenas manos—Dejo de verme y miro al coronel—Y tu, cuida a esta niña como si fuera tu tesoro mas preciado.

Coronel Quaritch Where stories live. Discover now