Capítulo 12

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La siguiente grabación venía de la parte de afuera del cuarto, por un reflejo era Lyle con la cámara, abrió la puerta un poco, la luz de la computadora era lo único encendido ahí, Odec caminaba de un lado a otro con el niño en sus brazos cantándole una canción.

Al fondo estaba Lucas y Beatrice mirándola, la luz le daba color a la cara de ella, pues tenía ojeras y un feo moretón en su cuello, la grabación terminó cuando ella se giro mirando con tristeza a su amigo.

—Ese día no estába muy despierta—Se excuso Odec, Lyle trago saliva, pues él sabia lo de esa noche.

—Hay que poner otro—Tomo una capsula Lyle, Miles le dijo que si y colocaron otra, Odec miró de reojo al coronel quien salió de la cabina.

—Ya regresó, cariño—Avisó levantandose.

—Ve con cuidado—Contestó Lyle, Miles se le río cúando Odec le dio una patada en la pierna.

La brisa golpio su cara, mira a su izquierda no estaba, miró a su derecha y ahi estaba apoyado en el barandal de la nave, tomó valor y camino hacia él, dejó su espalda en los tubos contemplando el cielo, el coronel miró a su acompañante unos minutos.

—Fue tonto salir en esa parte—Dijo con pena, Odec negó—No mientas.

—No lo hago Coronel—Contestó cerrando los ojos disfrutando del paseo—Hay cicatrices que no se pueden ocultar—Abrío los ojos, llevo su mano a la nuca acariciandola—Pero nosotros no somos ellos, yo no soy ella, pero si amo y protegeré a ese niño con mi vida, hay algo en mi que me obliga a protegerlo.

—Eso explica muchas cosas—Se estiro un poco como si se quitara un peso de encima.

—¿Cómo cual?—Lo vi a los ojos, el sonrio muy feliz.

—El que aún te ame—Respondió con cariño dando un paso a mí, cuando intente huir me agarro de la mano jalandome a el—No creo que no sientas lo mismo.

—Estas loco, nos verán, no temes que piensen mal—Frunci el ceño, él me vio ofendido.

—Yo no soy como él otro, yo no me oculto, peor de alguien como tu—Me abrazo hundiendome en su pecho—Gracias, me sentía tan culpable al solo verte—Continuó diciendo con un tono quebrado—A pesar de que no somos iguales, recuerdo cada parte de esa noche—Se separó para verme temblando—Es posible enojarme conmigo mismo, no sabes cuanto me detesto por que lo que te hice.

—No digas eso, tu no fuiste—Tomé su rostro limpiando esa lagrima que bajó, él apartó su cara—Yo no... Te perdono—Le dije abrazándolo, el apretó mi camisa, acaricie su espalda con lentitud—Nunca te vi de esa manera, solo me enamore de la persona equivocada.

—¿Tuviste varios recuerdos horribles cuando despertaste?—Preguntó pasando su mano por su cara.

—Tal vez unos cuantos—Respondi dándole un beso en su mejilla, vi un leve sonrojo en su cara—Pero la mayoría eran verdaderamente maravillosos.

—Es estúpido lo que te pedire—Apoyo su mentón en mi cabeza.

—Si no es cambiar a mi hijo por ti, puedes decirme—Respondí calmada, aunque es casi imposible por que aun me tiene abrazada.

—¿Podemos volver a intentarlo?—Me preguntó finalmente, subí mi cara y él bajo la suya—Esta bien, si no quieres, yo comprenderé si así lo deseas—Se separó de mi, me quede en silencio cuando tomaba camino adentro.

—Quaritch—Lo llame, él se detuvo y se giro a mi algo emocionado—¿Estas seguro?—Se acercó a mí con los brazos abiertos—Espera—Lo detuve, él se cruzo de brazos como un niño regañado—¿Qué es lo quieres de mi?

Coronel Quaritch Donde viven las historias. Descúbrelo ahora