La insistencia de un oso.

3.8K 269 217
                                    

Juan estaba a un lado de lugar formado por carpas, tenía una botella de agua en la mano, mas no la tomaba, solo la apretaba, en un tonto intento de hacer que la presión se libere.

Estaba frustrado, su pecho se seguía apretando cada vez más, era todo tan repentino, Juan odiaba sentir esto, aquella culpa que no debería de pertenecerle a el. Era suficiente, Ahora el hechicero tiro la botella al suelo, ganándose algunas miradas, viendo como aquel chico estaba molesto. Pero Juan no estaba molesto con alguien, el estaba enojado con sigo mismo, estaba harto de seguir huyendo, de ser tan tonto como para seguir intimidadose ante el oso, todo tenía un límite, aunque Juan no sea el mejor peleando, lo haría si fuese necesario, no va a volver a tener miedo como en aquel día, era una promesa personal.

El castaño decidió pasarla bien, no dejaría que aquel encuentro con Spreen le impida divertirse en tal día festivo, era su oportunidad de conocer a más personas y también tenía la intención de conseguirse algún tipo de amante por una noche, tal vez una bella dama o incluso un caballero, no le importaba, solo quería pasarla bien.

De la nada la voz dulce de una fémina sonó detrás suyo, se trataba de Ari, la dulce y hermosa chica de uno de los pueblos de tortillaland. Juan volteo, reconoció aquel tono en un intentaste y recibió a la mujer con una sonrisa cálida.

─────¡Ari! ¡Que sorpresa! ¿Que haces aquí?───── Hablaba el más alto.

─────Mmmh nada, yo también participó, haré un espectáculo con las mascotas de mi tienda, de paso promocionó mi negocio.───── Respondía la fémina con una linda sonrisa. ─────¿Y tu? Te vi hace un momento bastante enojado...¿Te encuentras bien?─────

Juan sentía calidez junto a la rubia, su dulce voz era como la más hermosa melodia. Si bien es cierto ambas personas habían tenido un romance anteriormente, y aunque las cosas no resultaron bien, jamás se alejaron, era un sentimiento que avanzaba más allá del amor, no como algo romántico, ambos eran cómplices y fieles compañeros, una amistad sincera.

─────Yo daré un espectáculo también con...Con el idiota de Spreen.───── Juan mencionaba con más normalidad, ya no balbuceaba al momento de nombrar al oso. ─────Y claro, todo está bien, solo...son los nervios, pero ya que estas tu aquí me siento mejor.─────

─────Oh ¡Que bien! Me alegra que mi compañía ayude, la verdad me sorprende bastante que ustedes dos hagan pareja para subir al escenario ¿Que preparan?───── Preguntaba curiosa la chica.

─────Mmh es sorpresa.───── Respondería Juan con cierta picardia.

─────Ohh vale...Bueno entonces me despido, quiero seguir ensayando antes de que sea mi turno.───── Diría Ari.

La fémina se acercó a Juan para darle un abrazo, a lo que Juan correspondió, posando una de sus manos en el cabello de la mujer y acariciando. Aunque aquel lindo momento sería interrumpido por el ruido seco de una silla caerse, llamando la atención por un momento.

─────¿Uh?...¿Que fue eso? Bueno no importa¡hasta pronto Juan!───── Se despedía la mujer alejándose del hechicero.

Juan también se despidió con una sonrisa, aunque más que nada observó la silla tumbada en el suelo, era donde antes estaba sentado junto a Spreen y aquel asiento ahora mismo tenía un enorme rasguño ¿Acaso fue el oso? Su pecho volvió a doler, está vez sentía una sensación terrible de furia, Juan trataba de controlar su sentir, su mano se dirigió a la parte central de su pecho y apretó su ropa, sus labios se sellaron fuertemente al igua que sus ojos, trataba de contener su dolor.

En otra parte se encontraba Spreen, ahora estaba un poco alejado de la multitud de personas, quería privacidad mientras batallaba con su oso interno, el cual no dejaba de golpearlo. El azabache sólo empezó a suspirar pesadamente, realmente no esperaba que de la nada al voltear a ver a Juan y Ari juntos, a su oso le de un arranque de ira, tal vez era porque Juan tenía una marca suya que le indicaba que era de su propiedad, pero verdaderamente el que más insistía era su animal interno y Spreen trataba de contenerlo.

Más que rivales - Spreen x Juan Where stories live. Discover now