Deseo

2.8K 173 60
                                    

¿Como llegamos a esto? Ya era de día y Juan estaba encima de Spreen, besándole, aferrándose a él mientras que sus manos tocaban lo más que podían, incluso se podría decir que buscaban un contacto desesperado. Aquel roce, aquellos toques hacían que las manos del hechicero sintieran la piel caliente del otro, pero, cuando esto quizo llegar a más, el híbrido se puso nervioso y se retiro de la habitación dando una excusa algo torpe, dejando a Juan con ganas, otra vez.

(...)

Habían pasado dos días desde aquella noche de cielo hermoso, Juan demostraba mucho apego, abrazando a su acompañante a más no poder, pero, esas «interacciones» llegaban a otra cosa, Juan siempre tenía otras intenciones y eso era pasar un buen momento junto a su compañero, aunque Spreen accediera a esas muestras de cariño tímidamente, cuando la situación quería llegar a más, el simplemente lo evitaba, poniendo excusas que poco a poco se volvían tontas. El no quería acostarse con Juan, no en la situación en la que están.

Para Juan esto empezaba a volverse algo molesto ¿Es que acaso no quedó claro en los términos de su «relación»? Al parecer no, bueno, eso para el más alto, porque sin duda alguna, Juan tenía todo claro, pero ¿Que le sucedió al torpe oso? ¿Acaso había malentendido las cosas? Solo le jode la cabeza...¿No podría estar burlándose de él nuevamente?..¿Verdad?.

(...)

Juan estaba tirado en su cama, aún con la pijama puesta y un rostro enojado, el seguía extrañado por la situación reciente, o más bien «indignado» ¿En verdad había sido rechazado otra vez?. Otra vez aquel tonto de Spreen había huido de él "¡Pero sí no muerdo!" pensaba. La situación era una caja de dudas, el hechicero poco a poco hiba creando posibles respuestas que traten de hacerle sentir mejor, pero cuando en uno de esos muchos pensamientos aparecía la palabra "amor" simplemente lo tomaba como un escenario jocoso, gracioso, se reía y luego se preocupaba. Aunque eso casi no sucedia, más bien, la idea que más rondaba por la cabeza del castaño era que Spreen había perdido el interés en el ¿Acaso ya no le parecía atractivo? ¡Definitivamente no! Juan nunca aceptaría ser rechazado por su apariencia, se negaba rotundamente a esa idea, aunque poco a poco se convencía de que fuese así ¿Pero eso no era muy precipitado? Solo pasaron pocos días desde que empezaron con su «juego» tal vez solo necesitan un poco más de tiempo y por esa misma razón, Juan se encargaría de que Spreen recuperará aquel interés por el.

Bueno, ahora nos concentramos en el ansioso cuerpo del oji-miel, su mirada divagaba por su ropa y encajo perfectamente en la zona en donde se abultaba un posible falo erecto.

───Maldito oso de mierda.─── Maldijo a voz alta.

Ahora mismo era un hombre excitado, no podía evitarlo, su cuerpo reaccionaba involuntariamente y aunque no era un novato en estos asuntos, le molestaba comportarse como uno. La ligera mano del castaño se deslizo hasta su pantalón con cierta timidez, no quería hacerlo por sí solo, pero de algún modo debía de «complacerse» ya que Spreen no lo haría por el. Luego de unos segundos, finalmente decidió avanzar con lo suyo, y, en vez de deslizar con delicadeza su mano sobre su entrepierna, decidió por fin sacar su viril para así empezar a tocar con más facilidad, disfrutando de la sensación exquisita que producía el movimiento de vaivén en su miembro. Sus pies empezaban a retorcerse sobre las sábanas, además, era un total descarado al gimotear de tal forma, su voz que siempre sale en insultos, ahora salía en algún tipo de melodia provocadora.

Aquella melodia que llegaban a orejas de cierto oso.

En las escaleras estaba Spreen, quien había regresado para pedir disculpas, pero se llevó otra sorpresa. El no se dignaba a ver ni mucho menos acercarse, pero, si escuchaba a la perfección cada uno de los sonidos producidos por la voz ajena, se deleitaba con eso, no hiba a subir y complacer adecuadamente a su acompañante, definitivamente no lo haría, no estaba preparado para volver a hacerlo y mucho menos ahora que su mente y sentimientos son tan confusos, quería aclarar eso primero.
Solo gruñó enfadado, si seguía ahí probablemente cometa un error, así que se alejo, bajando hasta el primer piso y saliendo al jardín, tratando de distraerse con los olores del ambiente, aunque era irónico hacer solo eso, aún tenía en la cabeza aquella escena, que aunque sus ojos no lo hayan atrapado, su mente le jugaba en contra.

Más que rivales - Spreen x Juan Where stories live. Discover now