Capitulo 5

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La rectoria era antigua y elegante. Construida en el mismo estiloque la pequeña iglesia, parecía un diminuto castillo. Centenarios magnolios llenaban el jardín y sus hojas grandes y sedosas se movían con la suave brisa.

La piedra gris de la rectoría parecía absorber la luz del sol, dando una impresiónde calidez, de humanidad. Los rayos del sol se reflejaban en las ventanas emplomadas y las petunias en los enormes tiestos del porche estaban llenas de manchitas rojas, blancas y rosadas.

Muffin y Peaches la llevaron casi corriendo hasta la puerta y Seungmin reía mientras llamaba al timbre. Una mujer mayor, alta, con el pelo gris e inteligentes ojos verdes, abrió la puerta.

—¿Sí?

—Quería ver al padre Jiyong, por favor.

La mujer miró a Seungmin de arriba abajo antes de invitarlo a entrar con un gesto.

—Está en su despacho —dijo, señalando una habitación—. Yo me llevaré a los perros al jardín mientras habla con él.

Antes de que el pudiera decir nada, la mujer había tomado las correas y se alejaba por el pasillo. Jiyong estaba sentado en un sillón de orejas y, al verlo, soltó el libro que estaba leyendo y se puso en pie.

—¡Minnie! —exclamó abrazándolo.

Chris había dejado bien claro que no lo quería en Busan, de modo que le alegró ser recibido tan cariñosamente por su hermano.

—Hola, Jiyong.

—Estás precioso. No sabes cómo me alegro de verte.

—Yo también.

—Ven, siéntate.

—¿Seguro que no estás ocupado?

—No, estaba leyendo un libro de misterio, pero puede esperar. ¿Cuánto tiempo vas a quedarte en Busan?

—Tres semanas —sonrió Seungmin. Sin duda, Bang Jiyong era un hombre guapo.

Moreno como sus hermanos, y con los mismos ojos oscuros, muchas mujeres en Busan se habían llevado una desilusión cuando decidió hacerse sacerdote.

—¿Ocurre algo? —preguntó él entonces.

Seungmin sonrió.—Además de sacerdote, debes ser adivino.

—No, sólo increíblemente guapo y encantador. Pero conozco a la gente y el instinto me dice que ocurre algo.

—Un punto para ti, padre.

—Bueno, cuéntamelo.

Seungmin dejó escapar un suspiro.¿Por dónde empezar? Le había parecido buena idea ir a hablar con él, pero sacerdote o no, era hermano de Chris. ¿Se pondría de su lado y en contra de su familia o se cerraría en banda para no revelarle ningún secreto?

—No sé, estoy pensando que quizá no debería haber venido...

—¿Por qué no ibas a venir a verme? Especialmente, si tienes algún problema.

En ese momento sonó un golpecito en la puerta y la mujer de pelo gris asomó lacabeza en el despacho.—¿Le apetece un té helado, padre Jiyong?

—Sí, muchas gracias, señora Hannigan.

Cuando la mujer desapareció, Jiyong dejó escapar un suspiro.

—La señora Hannigan hace un té horrible, la pobre.

—Lo siento.

—No importa, ya casi me he acostumbrado. Pero a ti podría matarte.

—Soy muy fuerte —le aseguró Seungmin.

La tentación vuelve a casa. [Chanmin]Where stories live. Discover now