7: Besos a $1.

25.9K 1.8K 503
                                    

Día 10.

Cuando me levanté —dos horas tarde — fui hasta el centro de la granja, donde se escuchaba música muy alta. Al llegar me di cuenta de la enorme cantidad de gente que había. Y lo único que me preguntaba era qué pasaba.

Todo esto parecía una feria, eran casi las nueve de la mañana y había una feria repleta de personas que se habían levantado temprano para venir. Me acerqué hasta los juegos de destreza y divisé a Liam entregando los premios.

—Buenos días, Harry — Me saludó.

—Buenos días, ah... ¿qué pasa aquí?

—¿No lo sabes? ¡es la feria anual! —Exclamó emocionado —Cada año hacemos esto en verano, es muy divertido.

—¿Y las tareas de hoy?

—¡Eso es lo mejor, las tareas de hoy se suspenden!

Sonreí ante la noticia. Por fin un día de descanso. Seguí caminando y explorando, viendo cómo las personas reían y se divertían. Caminé hasta que un puesto me llamó la atención. El letrero decía con letras grandes de color rojo: Besos a $1. Y ahí sentada con mala cara se encontraba Karla.

Fruncí el rostro, iba peinada con una coleta alta en donde sostenía su cabellera acaramelada, llevaba una blusa de tirantes roja a cuadros, un short de mezclilla pequeño y unos conversé de botín. Sus piernas eran muy bonitas, cabe mencionar.

Vi como un chico se acercó a ella y depositó un dólar, ella rodó los ojos fastidiada y le dio en la mejilla un beso que duró menos de un segundo. Su expresión era digna de una foto, pero yo no le haría lo que no me gusta que me hagan a mí.

Me acerqué más al puesto, ella levantó la vista y al verme se sonrojo.

—No preguntes —Dijo.

—Bien, no preguntaré, pero de verdad me gustaría saber qué pasa aquí — Dije con una sonrisa.

—Mi tío me obligó a besar a desconocidos—Explicó.

—Al menos es en la mejilla —Le respondí.

Ella se encogió de hombros. Miré de nuevo el letrero y luego la alcancía en donde echaban el dinero, luego la miré a ella y sonreí. Saqué un dólar de mi cartera y lo puse en la alcancía. Ella arqueo sus cejas, confusa.

—¿Enserio? —Preguntó y asentí —Los trabajadores de aquí no pueden participar, solo atender.

—Suerte que no soy un trabajador, soy de ayuda comunitaria, tú misma lo dijiste cuando te pedí la clave del internet —Le dije —Así que...

—¿Estás haciendo esto de verdad? —Preguntó y por segunda vez asentí.

Ella suspiró y rodó los ojos a la vez, me incliné un poco al igual que ella y puse mi mejilla, al momento en que ella iba a darme el beso me giré y me besó en los labios. Ella se apartó al instante que se dio cuenta y frunció su ceño con su boca entreabierta.

—¿Por qué hiciste eso? —Preguntó.

Sonreí divertido, me encogí de hombros restándole importancia y me giré para caminar hacia otro lugar. Cuando me volví a ver ella estaba mirándome con un rostro perplejo.

Suelo tener ese efecto en las mujeres.

***

Ya había recorrido toda la feria, había comprado algunos dulces. Bueno, en realidad había comprado muchos dulces. Tal vez ya no sea un niño, pero sigo siendo adicto a ellos y tenía más de una semana sin comer alguno.

Angelic Organics (h.s.)Where stories live. Discover now