23: Tres días.

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1 de agosto.

Quedaban tres días para regresar a la granja, y planeaba disfrutar de ellos al máximo. El señor Hullbert dijo que eran días Libres, así que podíamos hacer lo que quisiéramos.

Hoy fui al centro de negocios del hotel donde había Internet. No podías entrar a redes sociales por desgracia, pero podías navegar por páginas de turismo de Australia.

En el gran mapa seleccioné Sydney y empecé a leer la gran cantidad de lugares por visitar y cosas que hacer.

Apunté varias cosas en mi teléfono. Hoy llamaría a una empresa llamada Sydney By Sail, que rentaba yates para que pudieras navegar por el puerto. Yo tenía dinero, pero no el suficiente, así que después de ver todo lo que podía hacer estos tres días, me reuní con todos para ver si estaban dispuestos a cooperar para rentar un yate.

Por sorpresa todos dijeron que sí emocionados. Así que llamé y me sorprendí al saber que no era tan caro como creía. Todos llevamos las cosas necesarias, trajes de baño, un cambio de ropa, toallas, y otras cosas.

Incluso cuando en agosto, en Australia era invierno, hacía calor, por ser un país muy cálido. Era eso y aparte habíamos tenido suerte de un buen clima.

— ¿Debería llevar bloqueador? — Preguntó Karly.

— Pues a menos de que quieras parecer una salchicha, una sexy salchicha déjame aclarar, sí debes ponerte bloqueador— Le dije guardando mi toalla en una pequeña maleta.

— No creo que deba llevar mi celular— Dijo dejándolo en el escritorio— Capas y se cae al agua.

Sí, se había comprado un celular, y era mejor que el mío.

— No seas paranoica, tal vez te sea útil para tomar buenas fotos y si te pierdes te llamamos— Le respondí.

— Uy sí, como soy yo la que me pierdo— Dijo y reí apenado.

— Bueno apresurémonos si no queremos que alguien se enoje— Dije tomando mi pequeña maleta y ayudándola con la suya, le di un pequeño beso y salimos de la habitación.

***

Llegamos al puerto, por una parte que no habíamos visto, y vimos al señor que llevaba el yate, traía una camisa azul con el nombre de la empresa, al vernos sonrió.

— Me comentó mi jefe que ya han realizado el pago del yate— Dijo amablemente— La renta del yate se termina a las siete de la noche, la hora que empieza a oscurecer, más que nada por seguridad.

Todos asentimos.

Luego nos dio instrucciones de cómo se manejaba exactamente el yate, nos indicó qué hacer en caso de alguna emergencia o si alguien caía del bote. Todos me miraron como advirtiéndome que no causara algún problema y reí.

El señor se fue unos minutos después de que confirmara que podíamos manejar el yate, no era muy difícil. El primero en conducirlo sería yo.

Todos subieron después de mí y se emocionaron al ver los compartimentos con bebidas y comida chatarra en bolsas que tenía el yate. Esto iba a ser divertido.

***

Primero recorrimos toda la orilla del puerto, era emocionante sentir la brisa del mar en mi cara, de repente pasaban otros yates más grandes al lado y nos salpicaban bastante agua, luego nos quedamos parados un poco cerca del puerto mientras todos, incluyéndome, comíamos y bebíamos.

Angelic Organics (h.s.)Nơi câu chuyện tồn tại. Hãy khám phá bây giờ