Angelic Organics (h.s.)

8: Vaca Lola.

Día 12.

El aroma del ambiente era horrible. Tenía una máscara para detener el aroma, pero este seguía llegando a mí. Estaba en el establo de las vacas, Liam me dijo que lo esperara ahí.

Vi como él entraba al establo y me saludaba. Luego se volteó buscando algo, y cuando lo encontró se acercó a una vaca, de hecho, era la misma que estaba conmigo en el granero la otra vez y le dije que la comería.

—Ella es Lola —Me dijo Liam —Ha estado suficiente tiempo aquí y los comerciantes de rastros la compraron, tu trabajo hoy es ayudarme a subirla a la camioneta con rejas y llevarla a el rastro.

Rastro. Supongo que es como una granja más grande o algún lugar donde las cuidan.

—¿Rastro? —Pregunté para corroborar y Liam asintió.

—Matadero, eso... el lugar donde las... —Dijo Liam y miró a Lola con expresión triste.

—¿Qué? ¿ellos van a....?

Liam asintió nuevamente.

—Aunque me dé pena, no podemos hacer nada, ellos ya la compraron.

Sí que podemos.

—Bien, vamos a subirla, pero ¿puedo llevar yo la camioneta y decirle a Karly que me ayude? ya terminé mis otras tareas, tú puedes continuar las tuyas —Propuse.

—Me parece bien —Respondió.

***

—Ay Lola —Musito Karly al verla dentro de la jaula en la camioneta.

—¿Me acompañas? —Le pregunté y ella asintió.

Cuando íbamos a mitad de camino me desvíe hacía la carretera derecha en lugar de la izquierda. Karly arrugo su frente confundida.

—Era a la izquierda...

—Lo sé.

—¿Entonces a dónde vas? —Preguntó.

—A liberar a Lola —Le confesé, ella respondió con un jadeo.

—No podemos hacer eso, por más afecto que le tenga a Lola no la podemos liberar, pueden demandar a la granja por eso, ellos ya la compraron.

—Podemos hacerlo, por más odio que le tengo a Lola podemos liberarla, podemos inventar algo, como que... que dejamos a Lola ahí y se escapó —Le dije.

—Harry...

—Karly, yo no quiero que muera de forma cruel ¿sabes cómo los matan?

Ella asintió.

—Bien, haremos esto.

Y me dijo todo un enorme y buen plan. Así que regresamos al Rastro.

Entré con la identificación de la granja, mientras Karly se escondía en los pies del asiento del copiloto.

Ya adentro dejé a Lola junto a las demás vacas que por el momento aún tenían un cruel destino. El aroma aquí era peor que en la granja. Olía a sangre, a muerte.

Firmé unas cuantas cosas y recibos de que se había entregado a Lola. Mientras yo firmaba los papeles, Karly se escabullo de la camioneta y salió rápidamente hacía el corral de las vacas. Luego lo abrió y todas las vacas comenzaron a salir corriendo hacia los pastizales, muy lejos, perdiéndose entre la hierba. Luego Karly volvió a la camioneta.

Yo me hice el sorprendido al ver a todas las vacas salir corriendo. El encargado de ahí se llevó las manos a su cabeza sin poder creer que todas las vacas habían escapado.