13: Consejo.

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23 de Julio.

—Insisto, duermes de manera horrenda, Harry.

—¿Qué sabes tú de dormir bien? si nunca has dormido conmigo —Le dije y elevé las cejas de manera juguetona.

—¿Eso es una insinuación? —Preguntó Karly y asentí —Es horrible.

—Gracias.

—Como sea, caminemos antes de que nos dejen atrás.

Llegamos finalmente a la Bahía de Sydney. Y de cerca era mucho más sorprendente. No íbamos a entrar a la Opera, pero aun viéndolo desde afuera era suficiente.

—La bahía de Sydney también es llamada Port Jackson —Dijo el señor Hullbert por delante de todos nosotros —¿No es una vista fantástica?

—Karly, mira, mira, una ballena voladora —Le dije señalando el cielo y ella volteó.

—¿Dónde...? oh, eres un tarado —Dijo y empecé a reírme porque había caído.

—¿Sabes? tienes voz de que regañarías muy bonito a nuestros hijos —Le dije.

—¿Eso es un cumplido?

—Sí.

—Trata de mejorar tus frases de seducción.

—Oh, vamos —Le dije —Sabes que te gustan.

—Jamás.

—No vayan a separarse —Dijo el señor Hullbert mientras esperábamos por algo afuera de la ópera de Sydney.

Al cabo de diez minutos me aburrí aún sin saber qué era lo que esperábamos y comencé a caminar para otro lugar sin que nadie se diera cuenta, excepto Karly.

—¿A dónde vas? —Me preguntó.

—Amm, no sé a dónde voy, pero si quieres ven conmigo —Le dije.

Vi como la duda estalló en su mirada, pero al final ella asintió y caminó hacia donde yo iba.

No quería que nos perdiéramos, así que no fui muy lejos, sólo me acerqué más a la orilla del mar y me senté en la orilla del puerto. Ella hizo lo mismo que yo. La miré unos segundos mientras los dos estábamos en silencio. Ella parecía incómoda. Parecía.

—Eres linda —Le dije.

—Gracias —Respondió con la mirada fija en un barco a lo lejos.

—Me gustaría que... hubiera algo entre nosotros.

No puedo creer que haya dicho eso.

—A mí también —Me respondió.

—¿Ah sí? —Pregunté sorprendido —¿Cómo qué?

—Una pared.

La miré sin expresión alguna y ella soltó una carcajada.

—Es broma, picaron.

—Oye, ¿cuándo entras a la universidad y qué vas a estudiar? —Le pregunté.

—Entro este año, aún no sé bien cuándo, y no tengo idea que voy a estudiar.

—¿Y tú?

—Yo también entro este año, estudiare algo relacionado a la investigación del mar o a la comida.

—Espero que no te mueras de hambre si te dedicas a la comida —Me dijo.

—¿Por qué?

—No, por nada —Dijo riendo.

—Al principio no quería estudiar nada, sentía que era inútil estudiar algo que no me gustaba, sentía que era una pérdida de tiempo y que cuando ya fuera un profesional y tuviera mi trabajo, no sería feliz —Dije —Pero luego me puse a pensar en lo que me gustaba hacer y pensé que sería buena idea dedicarme a ello y ser feliz.

—Te gusta mucho el mar ¿no es así? —Preguntó jugando con las gotas de agua que salpicaban de repente.

—Sí, me fascina todo lo que esconde, y las especies que habitan en él, creo que es el espacio más misterioso y magnífico del universo —Le dije.

—¿Y el espacio no te gusta? también es un misterio.

—Sí, pero yo soy más de agua que del cielo o el infinito —Dije.

—Como un pez, no... como un atún —Dijo sonriendo.

—Exacto.

Y nos quedamos en silencio una vez más.

—Yo no quiero estudiar en la universidad —Dijo —Pero mis papás quieren que lo haga, que estudie algo como agropecuario, y me gustan los animales y la naturaleza, todo eso, pero me gusta disfrutarlo así, simple. No quiero estudiar sobre ello. Yo quiero algo más artístico.

—¿Cantante?

—No, actriz.

—¿Quieres ser famosa en Hollywood? —Le pregunté.

—No, quiero ser actriz en teatro, quiero ser famosa en Broadway, o algo así.

—¿Y por qué no lo haces?

—Tengo miedo, no creo que lo logre. También me gusta mucho la psicología, podría estudiar eso porque creo que mis papás tienen razón.

—¿En qué?

—En que es un berrinche lo de la actuación—Dijo —Porque lo he querido desde pequeña y bueno, tengo que pensar en el mundo real.

—Yo siempre he pensado que deberíamos dedicarnos a lo que queremos ser de pequeños —Le dije —porque es cuando tienes tus gustos e intereses más puros, en cambio cuando creces, te confundes, empiezas a pensar en si vas a poder vivir de ello, o si te conviene, pero ¿de qué sirve que tengas un trabajo en el que ganes mucho, si no serás feliz?

—Sí...

—Si tu trabajo es tu pasión, entonces no tendrás que trabajar para el resto de tu vida, sólo estarás disfrutando de lo que te gusta —Le dije —¿Te doy un consejo? se lo que quieres ser, no lo que los demás quieren.

Ella sonrió, era la sonrisa más sincera que me había dado jamás.

—Me gusta hablar contigo porque siento que sin importar que diga, no te asustaras, porque me entiendes a la perfección —Dijo— Somos tan parecidos y al mismo tiempo tan...

—Diferentes —Terminé su oración.

—Sí.

—Te daré otro consejo: tú y yo juntos.

Ella rio y rodó los ojos. Ella piensa que es una broma.

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Angelic Organics (h.s.)Where stories live. Discover now