Extra: Mil tropiezos.

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—En serio eres tú— Susurré— Santo cielo.

Ella asintió.

— No puedo creer que estés aquí— Dijo ella— Parece irreal.

— ¿Puedo abrazarte? — Le pregunté sin pensarlo.

No sabía si ella habría logrado no casarse con el tipo que me había dicho. Pero no quería que esa fuera la primera pregunta en hacerle. No quería abrumarla. Quería saber cómo estaba.

Ella no respondió, solamente me abrazó. Se sentía bien volver a tenerla en mis brazos.

***

Después de tomar la caja de cereal, los dos fuimos a pagar nuestras cosas. Cuando salimos, le ayudé con unas cuantas cosas que ella llevaba.

— ¿Quisieras ir a una cafetería?

— Claro— Sonrió.

— ¿Tienes carro en donde dejar eso? — Le pregunté refiriéndome a las bolsas de compras.

Ella dijo que no y las guardamos en mi auto. No fuimos a una cafetería lejana. No dijimos nada en el camino, quería que estuviéramos tranquilos, sentados, charlando frente a frente.

Cuando llegamos a la cafetería, hicimos nuestros pedidos y tomamos una mesa de afuera al aire Libre. En el momento que ella se sentó frente a mí, seguía sin creerlo.

— ¿Cómo has estado? — Le pregunté.

— Bien...— Dijo— Estoy de vacaciones de la universidad, así que vine a visitar a mi tío, tiene un departamento aquí en Chicago, llegué hace dos días.

— Oh, ¿y cómo va tu carrera?

— Bueno, he logrado acostumbrarme a ella, ya es mi segundo año, quedan dos más— Dijo viendo sus manos— Como sabes, no es lo que yo quería, no me gusta del todo, pero tengo buenos compañeros, hacen las cosas más amenas...— Sonrió.

— Y...

No sabía si debía preguntar, pero tenía que saberlo.

— No me casé Harry — Dijo con una sonrisa, de verdad parecía muy feliz por eso.

Todo el oxígeno del mundo entró en mis pulmones.

—Eso es genial—Le dije—¿Cómo lo lograste?

— Tuve una charla durante horas, Literalmente horas, con mis padres— Dijo— Las primeras dos horas ellos seguían diciendo que yo iba a casarme, empecé a decirles argumentos por los que no era bueno que me casara, argumentos que ellos sabían que eran muy posibles y no les convenía... después de pasar siete horas hablando con ellos, logré convencerlos.

— ¿Siete horas? — Pregunté sorprendido.

— Sí— Rio— Ellos tienen opiniones y acuerdos que son difíciles de cambiar, pero lo logré, y estoy muy feliz con eso.

— También yo— Admití.

— Bueno, pero cuéntame cómo te está yendo a ti— Dijo justo cuando llegaron nuestros cafés.

La mesera dejó los cafés en la mesa y se retiró. Cuando nosotros íbamos a tomar cada uno nuestra bebida, nuestras manos se rozaron, no dije nada pero ella se sonrojó.

— Igual que tú, estoy en el segundo año de mi carrera... biología marina— Le respondí.

Ella me dio una grande sonrisa.

— Recuerdo cuando me dijiste que estudiarías algo de eso, del mar...

— Sí...— Respondí recordándolo.

Angelic Organics (h.s.)Where stories live. Discover now